||Capítulo 9||

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-¿¡COMO QUIERES QUE ME TRANQUILICE?! -dijo desesperado- ¡KAZUTORA SE VA A SUICIDAR! SI POR LO MENOS HUBIERA UNA P*TA CURA.

Los dos chicos que llegaron se miraron.

-¿Quién te dijo que no la hay?

Chifuyu abrió sus ojos que chocaron con el suelo y observó rápidamente a sus dos amigos que estaban en frente de él.

-¿La-la hay...?

-Si.

En ese momento el corazón del menor dió un vuelco. Si eso era verdad podían hacer algo.

-¿¡Cual?! -preguntó desesperado.

Mikey sacó un bote muy pequeño de su bolsillo y se lo enseño a Matsuno.

-Es esto. Simplemente lo tiene que beber o inyectárselo -explicó.

Mientras Manjiro  seguía explicando, Takemichi arrancó una manga de su chaqueta para ponerla alrededor de la pierna agujereada del oji-verde para que el sangrado parase.

-Damelo -dijo firme el rubio mientras miraba el recipiente firmante.

-¿Que vas a hacer? -preguntó temeroso Takemichi. Sabía que su amigo podría hacer cualquier cosa con tal de proteger a sus seres queridos.

-¿No está claro? Salvaré a Kazutora -dijo serio y arrebatándole como pudo el bote con líquido a Mikey.

Takemichi observó a Mikey con determinación. Este solo se mantenía con un rostro sereno, como que dejaría ir a Chifuyu detrás del oji-amarillo.

-¿Estas seguro? -fue lo único que salió de su boca.

-Nunca he estado más seguro -afirmó el oji-verde.

-Nosotros también vamos -dijo Takemichi. No quería dejar solo a su amigo.

El oji-verde abrió la boca para protestar y negar pero le ayudó Manjiro.

-No. Esto es cosa de los dos no de nosotros. Nosotros ayudaremos a los demás abajo.

Matsuno se lo agradeció con un movimiento con su cabeza. Takemichi solo pudo resignarse.

-Si sucede algo avisanos -fue lo último que dijo.

El rubio se le agradeció a Takemichi.  Se levantó torpemente del suelo y empezó a caminar lo más rápido que pudo, ya que correr no podía. Antes de salir de la habitación le dió una sonrisa a los dos jóvenes que aún estaban en el suelo arrodillados y mirándolo. Mikey con un rostro serio, pero sereno y Takemichi con cara de decir "No hagas ninguna locura". Chifuyu pensando que le decía eso solo movió su cabeza levemente para afirmar y se fue escaleras arriba. El lugar más apropiado para suicidarse en aquel lugar era tirándose por la azotea.

En pocos minutos, el menor se encontraba delante de la puerta de la azotea que estaba entreabierta. Sin pensarlo la abrió bruscamente y una fuerte brisa le movió el cabello y la ropa. A veces suave, pero al principio la brisa hacía que no pudiera ver nada porque su pelo se metía entre sus ojos. Como pudo quitó su pelo de sus ojos y miró desesperadamente por toda la azotea. No había nada ni nadie. Un escalofrío viajó por su cuerpo. "¿Ya se habrá tirado?" pensó en su cabeza nervioso y con miedo. Pero sus pensamientos fueron apartados al ver algo en el borde del bordillo de la azotea. Se acercó un poco. La brisa hacía que el cabello de la persona se moviera lentamente con serenidad. Igual que su ropa. Pudo ver parte de su rostro. Sus ojos no tenían brillo y eran negros como su cabello. Una gran herida morada le recubría ya todo el brazo derecho y seguro que parte de su pecho. Era Kazutora.

Chifuyu sin pensarlo habló.

-Kazutora -dijo más serio que su voz daba miedo.

El oji-amarillo no giró su cabeza. Respondió con un simple suspiro.

-Veo que aún estás vivo -el rubio no entendía. Que esperaba Kazutora, ¿que estuviera muerto? -¿Que haces aquí? -interrumpió los pensamientos del menor.

-Tengo la cura de la droga -dijo directo.

-Imposible. No hay cura -dijo seco el teñido.

-La tengo Kazu-

-Chifuyu entiéndelo -giró todo su cuerpo para ver al rubio que estaba a unos dos o tres metros de él. Extendió sus brazos- Esta vida no me quiere. Desea que muera -sonreía psicópatamente- Iré al infierno. De eso estoy seguro. Allí podré vivir la vida que siempre quise. Una vida tranquila. Además... -vió que Chifuyu quería hablar, pero lo interrumpió y señaló su brazo- Esto ya me está matando por dentro y mi alfa interior sale cada vez más rápido y peligrosamente. Es más fácil así. La muerte será rápida y menos dolorosa -sonrió cerrando los ojos con su típica sonrisa intentando que sus lágrimas no salieran.

-¡Lo que tú quieres es alejarte de mi! -gritó furioso y triste el menor. Kazutora abrió sus ojos desconcertado ante aquello.

-Creeme Chifuyu. Si fuera por mí te pediría matrimonio aquí mismo -dijo al acabar lo que dijo Matsuno sin un segundo de diferencia.

Ante aquello el oji-verde abrió sus piernas y sus brazos para decir:

-¡¿Y por qué no lo haces?! -preguntó ya sin aguantar las lágrimas.

-Por está m*erda que me metieron -sonrió forzado.

-¡Tengo la cura, Kazutora! -apretó fuertemente el frasco- ¡Si no la quieres es porque me quieres dejar solo!

El oji-amarillo no dijo nada. Puso la pierna derecha detrás de la izquierda, haciendo que Chifuyu se alarmara y diera un paso hacia delante.

-Te tirás... ¡Y nunca te perdonaré! ¿¡Me oíste?! -gritó llorando y desprendiendo unas fuertes feromonas de desesperación y miedo. El alfa lo notó.

-Chifuyu... -el dolor insoportable volvió a su cuerpo tocando su corazón.

Este se puso alerta. Y respondió con un seco "Si".

-Respondeme a dos preguntas con sinceridad y no me tiraré.

Ante aquella propuesta Chifuyu solo afirmó con la cabeza desesperado.

-Haz las preguntas.

Hanemiya solo respiró y soltó el aire como que no tenía prisa ninguna, aunque con un gran peso en su respiración.

-¿Por qué Baji nunca te marcó?

Chifuyu se quedó asombrado con lo directo que fue el alfa. No lo pensó mucho y contestó:

-Nunca quise que me marcara -era la pura sinceridad- Me daba miedo, pero Baji-san sabía que no era eso sino que era porque aún no estaba seguro de mis sentimientos hacia él. Yo lo negaba. Si que lo amaba -"amaba" en pasado. Ahora se había enamorado profundamente de Kazutora- Quiero estar contigo -aquellas palabras fueron como una bala al corazón del oji-amarillo haciéndole un daño que se juntó con el intenso dolor que le provocaba la droga.

Hubo silencio.

-Si Baji estuviera ahora vivo, ¿con quien te quedarías? ¿Con él o conmigo? -continuó como si nada serio.

El omega hizo una mueca y dejó su postura de alerta y se relajó analizando la pregunta que había hecho el alfa. Sinceramente no sabía que responder. Baji estaba muerto y claramente él se había enamorado de Kazutora, pero si tenía que elegir a aquel psicópata o a su ex fallecido no sabía que elegir. Había despertado fuertes sentimientos que ni con el otro alfa los había despertado. Era diferente cuando estaba con el oji-amarillo. Se sentía protegido, cálido y a la vez le corría adrenalina por su sangre. Si, era una sensación muy rara, pero para él era muy agradable.

Se lo pensó bastante hasta que decidió hablar.

-Contigo.

-Respuesta fallida.

Sé mi Chico Malo [Kazutora×Chifuyu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora