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Estaba en la casa de Yuzuha, solas.

Ella me había invitado, era un poco tarde ya apuntó de oscurecer, me sentía afortunada de que ella pudiera contar conmigo con tal confianza como para llevarme a su casa. Pase a su "hogar" y tome asiento en la mesa de madera ya un poco desgastada de un entremo de la punta izquierda y una lámpara meramente ordinaria colgando de arriba de la mesa.

El ambiente era muy silencioso y frío, pero, eso no era de incomodarme ¡al fin estaba en su casa de nuevo después de tanto tiempo, al fin un momento de intimidad para nosotras!

Yuzuha me ofreció un té.

—Tengo té Verde y Negro ¿Cuál se te antoja más? — Dijo sonriendo con dulzura.

—Verde estará bien ¿Puedo ir a echar un vistazo? —dije refiriéndome a la casa, Yuzuha entendió y asintió con la cabeza un sí.

Sinceramente me apetece más comermela a ella que al té. —Pensé mientras miraba unos libros que estabas en un mueble.

Yuzuha me trajo el té, sentándose muy cerca mío. —Toma tu té yo me hice uno negro —dijo Yuzuha. Hubo un silencio pequeño hasta que al fin pude comentarlo.

—Desde cuando seguiremos con esto Yuzuha con...esta mentira de que solo somos... amigas.—Dije con una mirada triste. Yuzuha a su vez no se espero esas palabras, pero, al terminarlas de escuchar posó una mirada desconsolada y fría. —Todavía no podemos, por favor entiéndelo.

La besé y ella me siguió el beso, hace días que no nos podíamos ver y era el momento de volver a hacernos nuestras. Tomó mi cara y la apartó un poco para mirarla, era de esperarse que las dos estuviéramos rojas como un tomatillo se tratase.

—Oh Yuzuha pareces un lindo tomate ahora mismo —dije mientras reía con dulzura y ella sonrojándose más.

Ella volvió a besarme, pero, esta vez destacaba más la necesidad que teníamos ya de hacerlo, fue un beso bastante húmedo.

No aguantamos más la ansiada espera y de una maldita vez iba hacer lo que estábamos buscando. Empecé a bajarme lentamente, poniéndome de rodilla y mi mirada a la altura de su intimidad.

—Estas segura de hacer esto ______     —Dijo un poco nerviosa y tapándose un poco la cara, desviando la mirada al momento de mirarla —Pues sí ¿no? —Dije sin vacilar, ella al escuchar empezó abrir sus piernas lentamente y con nerviosismo, baje la mirada hacia sus bragas para moverlas un poco y poder empezar a lamer de diferentes maneras su intimidad.

—____ e-eres jodidamente buena~ —Dijo entre un poco de gemidos.Su voz era entrecortada y nerviosa.

—Lo sé cariño, solo por que eres tú me esfuerzo de esta manera — Dije de forma que hiciera calentar el ambiente aún más, calentar aún más a Yuzuha. Seguimos así un par de minutos, hasta que al escuchar un ruido fuimos interrumpidas abrupta mente.

Las llaves de la puerta metiéndose para ser abierta. A Yuzuha le apoderó el horror lo podía ver en su cara — mierda, mierda, mierda! —La pude escuchar decir aquellas palabras mientras que no sabía que hacer, no entendía del porque se había puesto así.

— ____ tienes que escondert- — Dijo en voz baja, pero, no pudo terminar la palabra, sus ojos se postraron con seriedad y sin brillo alguno, diría que hasta de una forma amenazante hacia donde estaba la puerta. Ya había dejado de estar de rodilla, tomando asiento y mirándola a la cara, me encontraba de espaldas a la puerta, cuando volteo por aquel ruido de la puerta abrirse lentamente, erizandome al momento, realmente no sabía lo que estaba pasando o lo que estaba apunte de suceder.

Al voltear y verlo pude saber por su gran altura, su apariencia amusculada y al parecer tener más años que no era su hermano Hakkai.

¿Acaso será su novio? —pensé.

Problemas | Tokyo Revengers Donde viven las historias. Descúbrelo ahora