-Sé que es muy repentino t/n, pero, debemos de terminar.
-... Por qué? -Interrumpiste lo que estabas haciendo en ese momento para quedarte congelada por unos segundos y mirarla, sin duda no esperabas esas palabras.
-Simplemente no estoy a gustó, no creo que funcione lo nuestro. -exclamó en seco. -mientras yo siga estando con mi hermano esto será una pesadilla, enserio perdoname t/n.-pensó y guardo aquel comentario.
Después de todo sonaría como una excusa para t/n si le dijera aquello que pensó.
-¿Es en serio? Yuzuha, ¿me harás esto? entonces todas las veces que decías que estabas segura conmigo y que eras la mujer más feliz por estar a mi lado eran mentira... ¿todo lo que pasamos juntas fue un engaño?-Mis lágrimas empezaban a brotar de mi lagrimales. -O acaso ¿sólo me utilizaste para saber si en realidad te gustaban las mujeres?-Mi voz temblaba, como pude termine de alistarme y salí de ahí como pude, ya que, mis piernas temblaban. Yuzuha quizo pararme, pero, le exclame que no me tocará y me aleje de su roce sin mirarla.
Al salir seguí caminando limpiando mis lágrimas. Iba hacia mi departamento. Al llegar Kazutora me miró desconcertado, él estaba cocinando siempre cuando cocinaba y trabajaba se peinaba de coleta.
-Ella acaba de dejarme hoy-Susurre cabis baja.
Kazutora bajó la lumbre de la estufa, se acercó a mí quedando delante mío por segundos y finalmente me abrazo. No pude soportarlo más, realmente necesitaba aquel abrazo cálido y le abrace aún más fuerte y comencé a llorar nuevamente.
-Tranquila, estas cosas pasan.-Comentó y yo asentí, me tomó de la mano para ir al comerdor y compañarlo en su cena.
-¿Ya comiste?-Preguntó mientras tomaba un poco de comida con el cubierto, a lo que negué-Abre la boca y di "a" aquí viene el avioncito-dijo sonriendo y acercando la cuchara-Que tonto~ te vez- Reí con ternura y deje de llorar por aquella acción, y accedí a probar del bocado que me ofrecía, estaba delicioso.
Minutos después-¿Puedo dormir hoy contigo?-pregunté.
-Claro que puedes tonta, cuando tú quieras podemos dormir juntos.
Acostados en su cama, acurrucada en su pecho, él tomándome de la cintura, escuchando su respiración, quedamos profundamente dormidos.