CLUMSY - JELSA FANFIC

006

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Jack sintió un amargo sabor recorrer su garganta al escuchar la historia de Elsa, y sobre todo, seguía firme en su forma de hablar, era como si ni siquiera le doliera lo que había pasado, pero Jack sabía que aquello era una total mentira, simplemente Elsa sabía ocultar bien sus emociones y aquello era de admirarse.

El rumbo de la conversación finalmente dió un giro divertido, charlaron sobre anécdotas pasadas, Jack notó que en cada relato Elsa evitaba mencionar a Tadashi, o solo contaba una que otra que no tuviera que ver con él.

— Elisa y yo quisiéramos invitarte a cenar, sé que probablemente yo sea una desconocida para ti pero mi hija está encantada contigo, incluyéndome.

El mayor le dió un leve asentamiento, aceptando la invitación.

— Me encantaría, Elisa es una niña muy sociable. La has educado muy bien.

— Ha decir verdad, Tadashi… Después del divorcio, evitaba pasar tiempo con ella, no entiendo el por qué. – confiesa en voz baja, Jack la escucha y oprime los labios, bebió de su taza antes de responder.

— Tal vez porque… Es la viva imagen de ti.

Elsa rió levemente demostrando que estaba avergonzada por las palabras de Jack, le dió un sorbo a su taza de café y la dejó de nuevo sobre la mesa, sus dedos llevaban un peculiar anillo dorado que llamó la atención curiosa de Jack, sospechó sí se debía a algún obsequio que había olvidado deshacerse, de parte de Tadashi claro, o si simplemente era un accesorio de su agrado.

Había intentado ser lo suficiente discreto para que Elsa no lo notara, aunque fue inútil ya que ella ya lo había visto, de inmediato extendió su mano hacia Jack, mostrando el anillo sobre su blanca piel.

— Es un obsequio de mi madre, lo he tenido desde hace siete años.

— Es muy lindo.

— Lo es. – dejó de sonreír lentamente, apartó su mano para observar con atención el reloj en su muñeca. — Debo trabajar Jack.

El mencionado no pudo evitar sentirse mal al escuchar que debía irse, pero solo se levantó y asintió sonriendo triste.

— No debes pagar nada, fui yo el que irrumpió sin piedad en tu mesa.

— Oh, no te preocupes por eso Jack, tu compañía me ha caído de maravilla. Te espero a las seis en mi casa, oh.. He olvidado darte la dirección, un momento. – dice, sacando lo que parecía ser una libreta de su bolso, arrancó una de las hojas y tomó una pluma que venía en el fondo del bolso, escribió unas cosas y se la entregó a Jack, quien leyó con atención las indicaciones. — Te esperaremos, a las seis.

Y tomando su bolso, salió de la cafetería dejando a Jack con un sonrojo notorio en sus mejillas.

Ahora debía regresar al colegio, probablemente tendría que pensar qué se pondría para la cena, debía estar lo más presentable posible.

Y tal vez, solo tal vez, aclararía las dudas que Elisa había dejado en él.

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