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24/12/1998
3 meses después.

El teléfono está sonando de nuevo, ésta vez son las 12 am en punto.

Probablemente sea Harry.

Y estaba en lo correcto. Al contestar suena un canto fuerte y para nada desafinado al otro lado de la línea: —FELIZ CUMPLEAÑOS A TI, FELIZ CUMPLEAÑOS A TI, FELIZ CUMPLEAÑOS MI LOOOOU-IIIIIISSSSS, FELIZ CUMPLEAÑOS A TIIIIII —Finaliza su canto. —No puedo creer que tengas 24 años, creciste muy rápido.

   —No digas estupideces, me conoces hace tres meses, no hay razón para decir eso.

   —Claro que sí. —Se queja el chico al otro lado de la línea. —Por cierto, ¿cuándo nos veremos de nuevo?

   —Ten por seguro que hoy.

   —¿A que hora sería?

   —¿Te parece a las 2 de la tarde?

   —Perfecto.

   —Entonces así será, voy a dormir, adiós Hazz.

   —Oye, Louis, ¿has tomado tus antidepresivos?

   —Uhm... Si —Duda antes de contestar.

   —No, no lo estás haciendo. Por favor hazlo Louis.

   —Eso intento, ¿sabes? Pero es difícil tener que lidiar con tanta mierda. Bueno te dejo, en serio necesito dormir.

   —Bien, te amo Louis, no lo olvides.

   —Te me pusiste sentimental. Bien, adiós. Te amo también Hazza.

Colgó y se fue a su cuarto.

Una vez ahí se desahogó. No podía ser que un chico con 24 años cumplidos tenga que vivir solo por el simple hecho de que su familia es homofóbica y lo sacaron a patadas de su casa. Aparte de eso tenía que lidiar con la depresión y la ansiedad, mucha presión. Harry era el único que lo podía hacer feliz, que podía hacerlo olvidar todos sus problemas.

Comenzó a llorar desconsoladamente, se dirigió a su cama y empezó a rasguñarse las piernas, pellizcarse todo el cuerpo hasta que no pudo más y cayó rendido en un sueño profundo, entre lágrimas.

No podía dejar de llorar.

Quería morir.

Teléfono Descolgado ┊┊ l.s.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora