Complementos

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Sigo soñándola, todas las noches. Los ataques de pánico por las madrugadas son peor, el doctor me recetó unas pastillas para dormir. Hay momentos en el día en donde vienen recuerdos, palabras, fotos y me desbordan donde sea que este.

Hay mañanas en el trabajo que tengo que salir a fumar para dispersarme un poco de esos momentos. De hecho, hubo un día en esta situación donde sin querer vi una foto no deseada y tuve que salir no solo a fumar sino también a hablar con mi mejor amigo. Hay días donde quiero contarle mi historia a alguien, sentir que no lo molesto y que quiere apoyarme. Es irónico a decir verdad.

Una mañana en el trabajo un colega me entregó un papel que encontró en el suelo, pensó que era mío y lo dejó sin mas. Yo si entender lo revisé y para mi sorpresa era una carta de amor.  Leí lo justo y necesario, por respeto ya que no era para mí. Intentaba buscar un indicio para saber a quien le pertenecía. 

Lo poco que leí me dio esperanzas, me hizo creer que hay gente que vale la pena. La carta incentivaba a su receptor a seguir adelante, a no rendirse, hacerle saber que lo apoyaba finalizando con un te amo. Mis ojos se llenaron de lagrimas, intenté disimular y le entregué la carta a su legitimo dueño.

Esa mañana me deprimí y volví llorando a mi casa. Pasé varias noches en vela, sin dormir pensando en si fue mi error. Intentando llegar a la conclusión de si ser bueno realmente es malo.


Anhelo con mi alma que el universo decida mandarme a alguien increíble y me salve, de todas las maneras en la que una persona puede ser salvada.

DistimiaWhere stories live. Discover now