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—¡Hyunjin!—La voz del chico peliazul resonó por toda la habitación, las risas se escuchaban hasta el primer piso de la residencia Hwang.

—Bien, dejaré de molestar.—El pelinegro estaba seguro que había molestado lo suficiente a Jisung como para seguir torturándole. Ambos comenzaron a regular su respiración la cual había sido irregular desde que a Jin se le había ocurrido comenzar a hacerle cosquillas.

El sonido de alguien tocando la puerta hizo que voltearan.

—Jinnie dice mamá que bajes con tu novio para almorzar.—La dulce voz de Yeji hizo que el corazón de Jisung saltara de emoción pero un confundido Hyunjin le hacía una extraña mueca.

—Ya vamos, Princesa.—Dijo para después moverse incómodo en la cama. Yeji cerró la puerta y se fue con una sonrisa en el rostro que confundió demasiado a Hyunjin.
Fueron minutos de silencio hasta que se levantó y abrió la puerta.—¿Vamos?—Jisung asintió avergonzado para seguirle el paso después.

×

La paz de Changbin estaba siendo quebrantada por un chico rubio quien estaba hace media hora contándole su día.

—Disculpa, chico lindo. ¿Te pregunté acaso?—La voz de Bin salía con sarcasmo haciendo que el rubio sonriera inocentemente.

—Solo quiero contarte, Binnie. Estamos en el mismo club.—La voz de Lee Felix salió como si estuviera hablando de algo evidente.

—Pero ahora no estamos en club, es clase de Literatura y tú solamente vienes a interrumpir mi concentración.—

—No es mi culpa que no puedas prestar atención, Binnie.—Bien, Seo ya no diría nada. Definitivamente tampoco sabía por qué le ponía tanta atención al rubio con una galaxia de lunares en su cara.

†×†

Lee Minho nunca había tenido una prueba tan difícil como lo ha sido localizar al chico de lindos ojos. Estaba perdido, al parecer nadie lo conocía y Lee estaba perdiendo la cabeza.

—¿Y si checamos los libros de salón?—La voz de JeongIn se hizo lucir entre todo el silencio.

—Esa es buena idea.—El libro de salón era básicamente un libro con todos los alumnos con foto e información de los alumnos de cada facultad.

Minho se levantó de su lugar para emprender su camino hasta la biblioteca de la Universidad pero para su suerte tenía que caminar alrededor de media hora para llegar a la biblioteca central.

El chico castaño caminaba con tranquilidad hasta que recordó, ¿cómo carambas buscarían? No tienen idea alguna de siquiera el nombre del chico de ojos lindos. Tardarían siglos en encontrarlo en esos anuarios.

Un golpe en su hombro hizo que saliera de sus pensamientos y entonces se encontró con esos ojos.
Esos brillantes y torpes ojos que le hacían sentirse como algodón de azúcar derritiéndose.

Definitivamente Lee Minho no dejaría ir al chico sin preguntarle al menos su nombre.

Bueno esa era su intención, no contaba con que este saliera corriendo.

Prometo hacer el próximo capítulo más largo.<3 no los quería dejar sin capítulo

Daisy||Chanho||BanginhoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora