Capitulo 9

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Cuando termina el invierno, llega la primavera


Paso medio año, sus noches pasan desveladas.


Mo Ran comienza a faltar a clases, no puede dormir, no puede comer......no puede funcionar. Su estado de ánimo es siempre inestable, incontrolablemente emocional.


Se ve privado de vida y felicidad.


Se encuentra retrasándose en todos los proyectos e incluso en la vida diaria, sus amigos también comienzan a darse cuenta.


A menudo, Shi Mei lo llama por desconectarse de la gente, por no prestar atención y por estar perdido en sueños todo el tiempo. Mo Ran tampoco habla mucho, realmente ya no sabe cómo iniciar conversaciones.


¿De qué sirve de todos modos?


Este lugar donde creció y pasó casi toda su vida ya no se siente como en casa, es solo un cadáver viviente arrastrándose cada día.


Caminando por caminos familiares que ya no le resultan familiares, el vértigo de la vida cuya chispa se ha apagado, incluso su propio estudio lo asfixia mientras la realidad solitaria se instala en cada día y cada noche. Sea lo que sea lo que le pasa, ha sido así durante meses y seguirá siéndolo.


No hay un día que pase en el que Mo Ran no piense y extrañe a Chu Wanning, extrañe sus momentos en el Pico Sisheng. Todos a su alrededor son los mismos que siempre, todos están felices y avanzan en sus vidas excepto él.


No tiene a nadie con quien compartir sus penas, ni un hombro en el que llorar y gritar de dolor por lo mucho que extraña a su Wanning. ¿Qué diría de todos modos? La miseria petulante en su corazón es indescriptible.


Pero al mismo tiempo, no quiere un hombro en el que llorar porque ninguna cantidad de "va a estar bien" lo hará bien.

Esa frase nunca ha tenido ningún significado en la vida de Mo Ran.

No necesita palabras de aliento.


No sabe dónde salió mal, no sabe cómo y cuándo ofendió tanto al destino y al destino que decidieron devorarlo por completo con un plan que consideraron divertido.

Cuando florece la cameliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora