5

127 21 2
                                    


5.

El interior del vagón estaba infinitamente tranquilo. Y solo se escuchaba el traqueteo regular de las ruedas.

En ese silencio, Emil se endureció con los ojos fijos sobre el vidrio de la ventana cerrada sin decir una palabra.

―Parecía útil

El primero en romper el silencio fue el duque.

El duque, que se quitó las gafas, limpió la lente con un suave terciopelo.

―Sería útil estar cerca el uno del otro.

―Útil...

―¿No te gusta?

―....

La mirada con la que no se ha atrevido a hacer contacto visual con el duque, cayó y se secó.

¿Le gusta ese niño a su padre?

La ansiedad se extendió gradualmente.

Quería llevarme bien, sin embargo, cuando mi padre me dijo que me llevara bien con él, la intención era incómoda.

"¿Debería decírselo a esa niña?"

Fue la primera vez en su vida que alguien se acercó y le tomó de la mano. Siempre fue reprimido en una mansión y fue descuidado por todos. A pesar de ello, como si no tuviera nada que ver con el nacimiento, el niño extendió su cálida mano.

"Dijo que le gustaba porque era guapo. Soy guapo".

También dijo que era bueno porque estudiaba bien.

Emil nunca imaginó que sus conocimientos serían sobresalientes. Lo mismo ocurrió con el rostro.

"¿Te gustaré más si me vuelvo más guapo e inteligente?"

Solo pensó que era como un bebé demonio debido a los susurros de la gente. No importa cuánto anhelo el afecto y el tacto, todo lo que obtenía era el desprecio y limitación por ser el hijo de una mujer malvada.

La única persona que mantiene contacto con él, que se parece más a una conversación es su padre, el Duque Calliste.

Sin embargo, mi padre siempre fue insensible sin importarle, y la actitud fría frente a él me bloqueó el aliento.

"Quiero estar cerca, pero mi padre me dijo que me mantuviera cercano, así que ..."

De repente me asusté sobre que le haría algo terrible a la niña.

―Emil Calliste.

―...Si.

El Duque miró a Emile como si estuviera mirando algo.

―Vellsia Lancaster me agrada.

Emile no entendió lo que escuchó en ese momento.

―Eso... qué...

―Significa que tienes que ganarse su favor.

―¿Cómo podría...?

―¿No es fácil?

―...

―La pequeña ya parece estar interesada en ti. También es extraño.

Emil no pudo levantar la cabeza.

Entonces el duque soltó una breve risa. Fue una risa.

Por mi cabeza apareció la niña de cabello corto de un color gris parecido al marfil, y ojos rojos como hojas de otoño.

EHDLVEI.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora