Estoy sentada en el pequeño escritorio de mi habitación con una mano apoyada en mi barbilla mientras juego con los dedos de mi mano derecha sin saber que hacer.
No puedo escuchar música, mi móvil está apagado y ver una película no me apetece en estos momentos, mamá salió hace algunos minutos asegurando que vendría pronto y los gemelos están en casa de Liam su mejor amigo, por lo que me encuentro sola.
Por suerte tengo a Zeus, pienso.
Mi vista se dirige a la bola de pelos que duerme plácidamente en mi alfombra. Ahora que lo pienso no es de mucha ayuda.
Veo mi libreta que está a un lado por lo que la agarró decidida en lo que voy a hacer, luego de algunos minutos trazando líneas y borrando una que otra termino lo que se considera el órgano vital más importante del cuerpo, el corazón.
Admito que se ve bien, me digo con una gran sonrisa dibujada en mi rostro.
Luego de colocar la libreta en su respectivo lugar encima del escritorio me pasó una mano por el rostro soltando un bostezo, maldigo a Zeus por haberme despertado a las 5:00 de la mañana, aunque claro de todas maneras lo habría hecho solo por ir a acompañar a Lau. También maldigo al sujeto que me arrastró consigo hasta ese callejón oscuro, pensé que ese sería mi fin, estaba cagada de miedo. No sé muy bien que pasó solo recuerdo empezar a sentir que no tenía el control de mis emociones y después nada, absolutamente nada.
Agradezco por todo los dioses que Rett allá estado allí, no quiero imaginar lo que me podría haber pasado estando inconsciente y a la disposición de un sujeto armado, de solo pensarlo me dan escalofríos. Apartando esos pensamientos de mi mente salgo de mi habitación rumbo a la cocina en busca de algo que llené mi estómago, muero de hambre.
- A ver ¿Qué tenemos aquí?- digo agarrando un envase de la nevera, lo abro encontrándome con una ensalada, intento ver si encuentro otra cosa que no sean verduras pero luego de unos segundos me rindo, me siento en la barra soltando un suspiro antes de que pueda dar el primer bocado de esta riquísima comida -nótese el sarcasmo- me acuerdo de algo.
Dejo la ensalada otra vez en su sitio en la nevera y me encamino a la habitación de Arthur.
- ¡Aquí estás!- exclamó feliz sosteniendo en mis manos un paquete de gomitas, si hay algo en lo que me parezca a mis hermanos es en el hecho de que nos gustan mucho los dulces. Valió la pena la búsqueda, me digo mirando el desastre que hice a lo que le resto importancia no creo que se de de cuenta ¿O sí? Al final decido colocar todo otra vez en su sitio, es mejor no dejar sospechas.
Salgo de la habitación de Arthur y antes de que pueda dar otro paso pego un pequeño brinco con una mano en mi pecho.
-¡¡Dios mamá me asustastes!!- digo sintiendo mi respiración acelerada.
- Lo siento Cielo no te ví ¿Qué hacias?- me pregunta pasando por mi lado y entrando justo por donde acabo de salir; la habitación de Arthur. Se voltea en mi dirección cuando no le respondo a lo que me mira con una ceja enarcada- ¿Otra vez robándole a tu hermano?- pregunta.
- Pff como creés, No- exclamó con una sonrisa angelical ocultando una mano tras mi espalda.
- okey, haré como que te creo- dice, si más la dejo sola para dirigirme de nuevo a mí habitación.
Ya en esta me siento en la alfombra a un lado de Zeus, luego de unos minutos saboreando el dulce sabor de las gomitas me levanto en busca de mi teléfono para encenderlo y así ver qué hora es, he pasado toda la tarde aquí saliendo de a ratos en busca de agua a la cocina, de resto nada más.
Son las 6:20 me digo viendo la hora que marca el reloj en la pantalla de mi móvil. Luego de una relajante ducha salgo de mi habitación escuchando las voces de Arthur y Andrew abajo.
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Entre tú y yo
Teen FictionPrólogo Cassie white es una chica de 17 años a la que nunca se le ha dado muy bien eso de hacer amigos, tampoco es algo que le importe mucho la verdad, prefiere estar sola que estar rodeada de toda la gente falsa que hay en su instituto por lo que t...