🌸TWO🌸

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—kisaki, amor —habló Hanma mientras movía al mencionado para lograr despertarlo.

El menor frotó sus ojitos mientras estiraba su cuerpo, cuando abrió sus ojos, lentamente su vista enfocó a su papá frente a él, así que estiró sus brazos para recibir su abrazo de buenos días.

Hanma no dudó ni un solo segundo en acercarse y envolverlo entre sus manos.

—Anoche no te bañaste, ve a hacerlo, bonito —kisaki rió para luego levantarse y caminar hacia el baño, él muy pocas veces desobedecía la ordenes de su padre.

Ese día Hanma había decidido ir a trabajar hasta en la tarde, tenía todo muy bien controlado en su empresa así que no habría problemas. Suspiró y se sentó en el sillón para comenzar a ver una película en la espera de su hijo.

Realmente el no sabía buscar películas, no era un gran amante de la cinematografía, la mayor parte del tiempo miraba algunos films porque su hijo se los enseñaba y como había dicho anteriormente, él no podía negarle nada a kisaki.

Los pasos del menor comenzaron a sonar detrás de él, era fácil deducir que kisaki quería sacarle un susto, pero no le estaba saliendo como deseaba.

Kisaki tenía su ceño fruncido y se sentía decepcionado de que se padre no se asustara.

—¡Bu! —gritó el menor con las manos sobre los hombros de su padre, pero este no mostró ningún tipo de reacción— ¡Papi!

—Hijo, debes aprender a ser más silencioso al caminar, pude escuchar tus pasos desde que saliste del baño —kisaki rió ante eso, era cierto, él podía llegar a ser muy ruidoso.

Segundos después, kisaki camino hasta sentarse a horcajadas sobre Hanma, aún cuando era muy normal este tipo de cosas, el cuerpo del mayor no se terminaba de acostumbrar.

—Quiero un besito, papi. —Hanma sonrió y depositó un tierno besito en los labios del pequeño, pero esto hizo un puchero— no papi, quiero uno como el que me diste ayer.

Kisaki  sabía que su adorabilidad haría que su padre le diera cualquier cosa.

—¿Te gustó el beso de ayer?

Kisaki asintió con un suave sonidito.

—Si y quiero que siempre me des los besos de esa forma.

Hanma era consciente que eso no era correcto de ninguna forma posible, pero no podía negar que el también deseaba probar los labios de su hijo todos los días.

—Siempre que quieras un besito, papi te lo dará ¿esta bien?

Kisaki sonrió y asintió de forma muy alegre mientras pasaba los brazos alrededor de los hombros de su padre siendo él quien unía sus labios esta vez, pero simplemente dejó sus labios juntos y la iniciativa de moverlos fue de Hanma.

Tomó la cintura de kisaki de forma posesiva, mientras sus labios se movían con sincronía, era deliciosa la forma en la que podían probar sus labios y más aún cuando el menor dejaba salir suaves gemidos. Hanma aprovecho un momento en el que kisaki abrió ligeramente sus labios para así meter su lengua a la ecuación.

Los chasquidos que sus labios producían no hacian más que calentar al pelinegro, el trasero de kisaki estaba justo sobre su creciente erección y no pudo evitar el impulso de frotarse contra él.

—¡Papi! —jadeo el menor con sus mejillas somrojadas— estoy sintiendo algo duro de nuevo debajo de mi trasero, ¿que es?

—Mgh... no le pongas atención a eso cariño —Hanma apretó la cintura del menor y comenzó a moverlo sobre su erección, logrando que kisaki comenzará a jadear de forma más fuerte.

Kisaki podía sentir como su cuerpo estaba actuando extraño, era algo que nunca había experimentado, pero podía asegurar que lo estaba disfrutando.

Hanma sintió como su hijo también tenía una erección y eso lo hizo volver a la realidad, no tardo en dejar al menor en el sillón y levantarse.

—Bañate con agua muy helada cariño, te vas a sentir mucho mejor, tengo que irme al trabajo, te amo —kisaki tenía sus labios completamente rojos y algunas lágrimas estaban acumuladas en las esquinas de sus ojos, era una vista completamente hermosa.

—P-Pero p-papi....

Hanma se apresuró a salir de su hogar sin siquiera escuchar lo que su hijo tenía por decir, lo único que queria en ese momento era retener ese gran deseo que tenía por su hijo.

Por otro lado kisaki  estaba muy confundido por la forma en que su cuerpo estaba reaccionando y más aún por el hecho de que su "cosita" «como él lo llamaba» estaba más que levantado. Nunca le había pasado antes, pero solo le hizo caso a su padre y se fue al baño a darse un baño con agua muy fría, eso lo alivio y todo volvió a la normalidad.

Cuando kisaki estaba de vacaciones tenía muy poco para hacer, al siguiente día finalmente comenzaban sus clases presenciales y eso lo aterraba, pero al mismo tiempo tenía curiosidad de saber cómo sería todo.

Esperaría que su padre llegará para saber lo que estaba ocurriendo con su cuerpo, quería más de esos besos y también deseaba sentir las manos del mayor en su cintura. No sabía si era correcto, pero deseaba volver a repetir lo que ocurrió en el sillón.

La tarde fue tan aburrida como se espero, kisaki tenía algunos juegos de mesa, así que aún si jugaba solo, eso lograba entretenerlo. También tenía el televisor, pero no tenía muchos ánimos de mirar nada.

Con mucha lentitud el día se fue desvaneciendo y así el atardecer estaba llegando. Lo único que a kisaki se le ocurrió fue subir a su habitación y dormir hasta que su padre llegara.

Hanma había tenido un día algo pesado en la oficina, pero afortunadamente logro terminar de organizar todo.

Al salir del trabajo, paso a una tienda de celulares para comprarle uno al menor. En solo un día kisaki iría al colegio, por lo que al estar fuera de casa necesitaba algo para comunicarse con él.

Hanma no había mantenido a kisaki sin celular, jamás dejaría a su hijo incomunicado, el problema fue que el menor al estar demasiado concentrado en un juego que acababa de descargar, dejó caer el teléfono dentro del inodoro.

El tiempo había estado bastante limitado, así que está oportunidad la tomó para comprar un nuevo celular para su pequeño.

El pelirubio también aprovecho a comprar la comida ya que también había un restaurante cerca.

Al llegar a casa estacionó su auto y entro a su hogar, tiró las llaves sobre la mesa del comedor y comenzó a quitar su saco. Dejó la comida en la cocina e iba a comenzar a preparar la mesa hasta que el grito de su hijo lo lleno de preocupación.

—¡Papi!

Sin esperar más, Hanma subio escaleras arriba, imaginando los peores escenarios en los que encontraría a su bebé, pero al entrar, éste estaba sentado sobre la cama y lo único que lo cubría era una toalla en su cintura. Tenía el cabello mojado y una almohada en su regazo.

Hanma suspiró aliviado de saber que estaba bien, así que camino hacia él y le tomo el rostro para que lo mirara.

—¿Que te pasa, mi amor?

Kisaki estaba completamente rojo y era fácil notar la vergüenza que tenía para hablar de lo que estaba molestándolo.

—Es que, bueno... —kisaki miro hacia abajo, haciendo un puchero y jugando con sus dedos debido al nerviosismo— no se que es lo que me está pasando papi, cuando recordé el beso que me diste en la mañana y por alguna razón m-mi c-cosita se levantó, me bañé con agua helada como me lo habías dicho, pero en esta ocasión no funcionó. —kisaki cubrió su rostro con sus manos, no podía con tanta vergüenza— m-me duele mucho.

—Dejame ver. —kisaki lo miro con sorpresa y negó de inmediato, le daba demasiada vergüenza que su papi lo viera.— cariño, muéstrame, yo sé cómo se soluciona, confía en mí.

Kisaki quería que su dolor se aliviara y no había nadie en el mundo en quien confiar más que en su padre, mordió su labio y quito sus manos de su regazo para dejar que el mayor se encargara.









Que les Pareció?

















𝐈𝐧𝐧𝐨𝐜𝐞𝐭-𝐇𝐚𝐧𝐤𝐢𝐬𝐚-𝐅𝐢𝐧𝐚𝐥𝐢𝐳𝐚𝐝𝐨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora