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2014:

Me pregunto si el viejo realmente es un psicólogo o un farsante de la psicología. No comprendo cual es el resultado que espera lograr mientras me hace quedarme de pie en el centro de una cancha.

El lugar está silencioso. Es la primera vez que estoy sin nadie luego de unos meses. Mis ojos sin poder evitarlo se enfocan en una de las paredes que sobresalen. Hay un tramo donde podría caminar lentamente y luego lanzarme. Si lo pienso bien, puedo escalar por las escaleras y treparme como puedo hasta la pared, si logro hacerlo, todo terminaría. El techo y la pared de este lugar son altos, la caída sería terrible y no hay manera de que puedan salvarme.

No pueden hacerlo esta vez.

Mis pies dan un paso tentativo hacia esa dirección, pero por una razón me detengo. La voz de Leonard llega a mi cabeza y....la sensación de decepcionarlo me da malestar.

¿Qué demonios?

Mis ojos se llenan de lágrimas por una razón que no comprendo.

Levanto mi pie para dar otro paso.

Estamos haciendo progresos, Mar. La vida tiene planeado cosas extraordinarias para ti.

Un sollozo escapa de mí y llevo mis manos a mi cabeza tratando de callar la voz del viejo.

Dices que nadie está feliz de que estés en esta vida, pero yo estoy feliz. Muy feliz de que intentes vivir nuevamente.

Logro dar dos pasos más antes de caer en el suelo. Mis sollozos son lo único que se escucha junto con los golpes que doy en mi cabeza lastimándome. No puedo respirar, mi cuerpo tiembla y la necesidad de aire es asfixiante.

Necesito llegar a la pared. Necesito que la voz del maldito viejo salga de mi cabeza.

No comprendo porque no avanzo a realizar lo que quiero.

Puedes lograr todo lo que desees, Mar. Sobreviviste a los monstruos. Eres dueña de tu propia vida.

Grito.

Escucho unas puertas abrirse y pasos ligeros.

Me asfixio. Siento como el aire comienza a faltarme.

Necesito llegar a mi destino.

Terminar todo de una vez por todas.

Estás progresando. Esta vez lograste sonreír, aunque fuera una sola vez. Estoy orgulloso de ti.

Siento unas manos tratando de levantarme, pero por la fuerza solo logran lastimarme. Un quejido escapa de mis labios y luego estoy nuevamente en el suelo.

—Suéltenla, van a lastimarla. Salgan de aquí.

Sacudo mi cabeza. La voz de Leonard nuevamente.

Me siento drenada. Mi corazón duele.

Escucho pasos alejándose y luego solo somos el silencio mezclado con mis sollozos.

—¿Mar?

—¡Es tu culpa! —grito—. ¡No puedo ni acercarme! Tu...voz...sigue en mi cabeza —sollozo—. Quería hacerlo y no pude. Tu voz no me permitió hacerlo. ¡Quería acabar todo y tu maldita voz me lo impidió!

—Mar...

Me acuesto en el suelo con mi vista nublada. Siento unas palmadas en el hombro y sé que es el viejo tratando de consolarme.

Enséñame la esencia de tú arte ✺Donde viven las historias. Descúbrelo ahora