Cap. 2

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Intentaré entrar a una Universidad donde tienen la carrera que me encantaría estudiar, Criminología, pero es muy difícil entrar porque son como cuatro exámenes.

Soy extranjera así que tengo muchas dificultades para trabajar aquí, por temas de mi apellido. Preferí irme a trabajar a E.U. mientras se abren las convocatorias de ingreso a la Universidad, mas que nada para ahorrar para las exámenes, siempre me han enseñado que las cosas se ganan con tu esfuerzo, así que tengo que esforzarme por lo que quiero.

Para resumir un poco y futuras referencias, mi madre es bajita al igual que mi hermana, pero mi madre tiene una cinturita y unas caderas grandes junto con sus sentaderas, mi hermana es delgada, yo soy como 5 cm más alta que ellas y herede las posaderas de mi madre, pero solo eso, soy alta por parte de mi padre, un caso perdido, por cierto. Las tres tenemos el cabello chino pero yo tengo caireles como mi padre, mi madre dice que solo me falto tener lo que él tiene entre las piernas.

Mi cabello es castaño y cortito, creo que se me ve mejor así. Mido 1.65m, no soy ni gorda ni delgada, mi hermana dice que soy rellenita, aunque me gustaría tener mejor físico, siempre me dicen que estoy muy bien así, pero bueno. Mis ojos son color miel oscuro, si es que ese color existe, con ciertas prendas y en ciertos momentos, mis ojos se ven más claros y a veces, si estas lo suficientemente cerca, puedes ver un poco de ver, porque los ojos de mi padre son verdes.

Entraron mi hermana y mi madre para ayudarme con el equipaje, ambas tenían alegría y tristeza en sus ojos, mi hermana es mayor por un año y tres meses, tiene 19 casi 20 y yo 18, y aun así sigue viviendo con nuestros padres. -_-

-Hola gordis!_ Dijo mi hermana muy emocionada, pero note el nudo en su garganta.

-Hola gordita_ Dijo mi mamá, en ella si note la nostalgia y tristeza.

-Hola_ Dije yo, no soy muy amorosa y mi familia lo sabe.

Mi padrastro estaba atrás de ellas, escondiendo sus verdades emociones, no dijo nada, yo lo entendí. Es un buen hombre, al que considero como mi verdadero padre. Se unió a nuestra vida cuando yo tenía 9 años.

-Ya casi terminas?_ Dijo mi madre, no pude evitar sonreír para que no se notara mi dolor.

-Sí, ya solo guardo mis zapatos. No pongan esas caras, no me voy para siempre_ Dije eso encogiéndome de hombros sin mirarlos y sonriendo.

-Cállate pendej*, luego traes las malas vibras_ Sí, mi madre era gran fan de usar palabras altisonantes, cosa que me pego un poco. Además de ser católica, al igual que todo mi familia, con excepción mía.

Jejejeje que les digo, soy un caso perdido.

-Jajajaja, ay mamá, pues si no tengo boca de profeta como tu comprenderás_ Porque sí, he comprobado que mi madre cuando dice algo, se cumple.

-Jajaja buena esa_ Dijo mi hermana.

-Bueno hay que ir al aeropuerto, ya casi es hora_ Dijo mi padrastro.

Era mi primera vez en avión y yendo a un lugar nuevo sin mis padres o mi hermana, estaba muy nerviosa, si hubiera sabido que mi cómoda paz sería perturbada, hubiera preferido no subir a ese avión.

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Créditos a quien le pertenezca la imagen.

El peligroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora