Cap. 10

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Llevaba puesta una blusa negra de cuello y manga larga pero con una abertura en el pecho, un pantalón que se pegaba a mi cuerpo y tenía la cintura alta asique ajustaba mi cintura, mis botines favoritos para las fiestas, mi cabello estaba suelto con crema para peinar para definir más mis chinos, el maquillaje era como el que usaba para el trabajo pero use un poco del lápiz color vino en mis ojos, debía admitirlo, jamás me había visto así, me veía muy bien, no tan hermosa como Fátima, pero definitivamente tenía lo mío, mientras yo tenía buen trasero, ella tenía buena cantidad de busto. Ella llevaba un vestido negro escotado y muy corto, con tacones abiertos, su cabello era largo, lacio y muy negro, solo le dio forma en la parte de abajo.

¡Al finnnnnn!

Grite eufórica en mis adentros. En cuanto entramos sentí la diferencia de trabajar aquí, a ser clientas. Me sentía muy animada, hace tanto no bailaba, mi cuerpo gritaba en necesidad.

Inmediatamente nos dirigimos al centro para bailar, estábamos bailando bien entre nosotras y de vez en cuando un chico bailaba con Fátima, pero ella nunca se separó de mí. De un momento a otro un chico se paró detrás de mí, tomó mis caderas y empezó a guiarme, era mi primera vez bailando con pareja, siempre era muy reservada en eso. No sabía quien era, pero se movía bien, solo me dio curiosidad saber cuando note que la cara de Fátima me miraba a mí y luego a él, como en una señal.

Me voltee y...

¡Santa madre de la hermosura!

Era un tipo serio con pelo muy negro y ondulado, definitivamente lo mío eran los de pelo negro. Y ¡DIOS! Esos ojos intensos y verdes, eran preciosos.

Empecé a bailar más sensual y provocativa, me voltee de nuevo y empecé a pegarme más a él, tomó mis caderas más fuerte y las cosas se estaban poniendo muy acaloradas, podía sentir como su respiración en mi cuello era pesada, empezó a pegarme más, como si eso fuese posible, y se movía más lento, no puede evitar sonrojarme cuando sentí su dura erección, sentí que alguien me miraba, pero el sonido, las luces y todo joder, todo, me hizo sentir que esto estaba bien, y quise más, quería más que un simple baile sensual.

Pero el destino es cruel y mi amiga sobreprotectora también, me jalo hacía ella y me dijo que necesitaba un trago y que no me quería dejar, tuve que disculparme e irme con ella a la barra.

-Wow hola preciosas, que sexy sorpresa_ Era Mickey el que atendía la barra_ Me esperaba esto de Fátima pero no de ti mi vida._ Él siempre me decía apodos lindos, y la verdad no me molestaba.

-Hola Mickey_ Le sonreí.

Oh princesa!_ Se recargo en la barra_ No hagas eso con cualquiera, me estas matando con tu sonrisa.

-Bueno ya, deja de coquetearle Mick_ Intervino Fátima_ Tengo sed, dame un Martini, ¿tú qué quieres Cami?_ Se giró hacia a mí.

-No tomo, gracias_ Ambos me miraron con cara de "¿es enserio?", pero era lo cierto, no me gustaba lo que el alcohol provocaba en las personas, solo tomaba un poco de vino y por curiosidad probaba de la bebida de alguien más.

Me acerque al oído de Fátima y le dije lo que ella me dijo cuándo le dije que no tengo experiencia en el amor o lo sexual.

-"Santurrona inexperta", ¿recuerdas?_ Le di una sonrisa.

-De acuerdo, solo mi Martini por favor_ Estaba haciendo pucheros, pero no me convencería.

Se tomó el Martini de una y regresamos a la pista, pero un chico le dijo algo al oído a Fátima, ella asintió y tomo mi mano, no sabía a dónde íbamos pero me sentía nerviosa. Noté que íbamos a la zona vip, y a las últimas mesas.

Oh no, mierda, argh, por qué.

Justo nos dirigíamos a la mesa del idiota súper guapo, que mala suerte la mía, jajajaja, rio para no llorar.

-Holaaa_ Dijo Fátima muy emocionada y mirando solo a un chico, el que me había dicho que su amigo nunca había sido ignorado y por eso me veía tan intensamente.

-Holaaa_ Dijeron varias personas de la mesa. Tal parece que ella los conoce y la verdad no me sorprende.

-Valla, al fin te apareces_ Dijo un tipo rubio muy coqueto.

-Jajajaja lo sé, me extrañaron_ Dijo Fátima sentándose y jalándome con ella.

Yo vengo a bailarrr ¡por los cielos!, no vengo a socializar.

-Mucho gusto linda, soy Rony_ Extendió su mano hacia mí, era el mismo que me dijo lo del idiota.

-Soy Camila_ Dije en su oído, la música estaba muy fuerte y yo no era fan de gritar a lo tonto.

-Ok, ¿quiéren un trago?_ Era amable, y Fátima no dejaba de verlo de vez en cuando. Ok, mañana tendría que preguntarle.

-Yo quiero un Martini, ella no toma_ Dijo Fátima, solo espero y aguante bien el alcohol.

-Ok, ya te lo traigo_ Ha, que alivio, no me interrogo.

-¿No tomas?_ Oh, aquí viene, supongo que no podía salvarme, gracias Fátima. Solo negué con la cabeza_ ¿Y qué haces aquí entonces?_ Soy solo yo o esta tipa no sabe modales?

-Bailar, y pasármela bien, para poder recordar al día siguiente con quien me acosté o lo que hice_ Ok, me moleste, no me culpen, ella sabía que me refería a que ella no recordaría ni donde dejo sus tacones al día siguiente.

-Jajajajajaja, quemada_ Dijo Rony, entregándole su martini a Fátima.

No me pueden culpar por decir la verdad.

-Ja, como si alguien quisiera acostarse contigo_ Ouch, eso dolió, pero el tipo de hace rato, no diría lo mismo que tú.

-Probablemente, pero yo no vine aquí a andar de puta, viene a bailar y eso voy a hacer._ Me levante, susurrándole a Fátima que iría a bailar y que estaba bien sola.

En todo momento de la conversación con esa tipa sentí la mirada intensa del idiota sexy, pero lo ignore, no quería darle importancia, aunque su mirada me ponía nerviosa.

Llegue a la pista de baile, estaban poniendo muy buena música y solo me deje llevar. Nadie se me había acercado así que bailaba para mí, como me gusta.

Pero alguien se me puso atrás, sentí una vibra extraña, pero no quise voltear, por alguna razón mi intuición me decía que era mejor no ver quién era.

Tomó mis caderas y las cosas se pusieron intensas muy rápido, me tomo con posesividad pegándose a mí lo más posible, no me gustaba lo de posesividad, pero me dejaría llevar esta vez.

Era muy alto, y de repente sentí la misma sensación que cuando salí del baño, contonee más mis acederas y literalmente restregué mis glúteos en su entrepierna muy lenta y sensualmente, se puso muy duro y su respiración era errática, empezó a masajear mis caderas y para provocarlo me gire para tenerlo frente a mí pero nunca abrí los ojos, seguí moviendo mis caderas, mis manos las paseaba por mis pechos, mi cintura, mi cadera y giraba mis manos en mis glúteos dándole un toque sensual.

No lo pude evitar, quería ver la reacción del tipo delante de mí, y es que era mi primera vez haciendo algo así, pero me arrepentí, o tal vez no.

Ahí estaba el idiota súper sexy, mirándome de manera muy intensa, sus ojos recorrían mi cuerpo con lujuria y nuestras miradas se encontraron. Tomo mi mano, nos sacó de la multitud, me llevó a un lugar que desconocía de su existencia. Me pego a una pared, uno de sus brazos estaba recargado en la pared y el otro sostenía mi cintura con fuerza. Y lo que hizo después, fue robarse algo que nadie había hecho, mi jodido primer beso.

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El peligroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora