|| 𝐁𝐀𝐉𝐈𝐅𝐔𝐘𝐔. ||

Primer beso.

Se acercaba el décimo noveno cumpleaños del pelinegro, y Chifuyu llevaba preparando una sorpresa junto con la madre del contrario y algunos miembros de la Toman.

Kazutora, Mikey, Draken, Mitsuya, Hakkai y los gemelos, se ofrecieron a llevar a Baji de paseo.

Chifuyu y Takemichi se quedaron con la excusa de los proyectos escolares ─en esto, ayudó la novia de Chifuyu, quien se prestó a mentir sobre "estamos trabajando en un gran proyecto y debemos entregarlo en tres días"─.

Pero Chifuyu le había dicho a Baji que fuera con él antes de que el día acabe porque le tenía un regalo.

─Katsumi, ¿está todo en orden?

─Sip, todo listo. ─Respondió la chica, acercándose al cuerpo del rubio para poder abrazarlo.

Emma y Hina se iban a encargar de comprar el pastel y en unos cuantos minutos estarían en casa.

Todo estaba en perfecto estado. La comida, la decoración, el pastel. Ahora sólo necesitaban que trajeran a Baji de vuelta.

Y así ocurrió luego de un par de horas.

Al inicio, el cumpleañero había decidido ir hacia el cuarto de Chifuyu pero todos sus amigos le dijeron que no y, literalmente, lo obligaron a subir a su habitación (en realidad sólo fueron Kazutora y Mikey quienes crearon ese escándalo).

Cuando la puerta fue abierta, todos gritaron un "feliz cumpleaños" y le lanzaron las famosas tiras de colores a la cara.

El pelinegro no se esperó aquella gran sorpresa. Notó a todos los que lo rodeaban y sintió una felicidad enorme, incluso al verla a ella ahí.

La fiesta continuó por un par de horas. Comieron, cantaron e hicieron muchas cosas todos juntos. Se estaban divirtiendo tanto que no notaron el reloj. Después de haber dejado todo en orden, empezaron a irse uno por uno.

─¿Me vas a esperar a que vuelva para darte tu regalo? ─Preguntó el rubio cuando estaban en la cocina. El contrario afirmó y se despidieron por mientras.

. . .

Volvió al departamento en cuanto antes para poder sacar el regalo que había guardado en una cajita.

La puerta de su habitación había sido tocada y supo que era él. No tardó en salir. Ambos se saludaron con una sonrisa y luego fueron hacia el balcón del cuarto para contemplar lo que restaba de la noche juntos.

─¿Te divertiste? ─Preguntó, refiriéndose al tiempo que habían pasado separados.

─Mmmh... un poco. ─Respondió, volteando su mirada hacia el rostro ajeno, el cual era iluminado por la luz de la luna llena que estaba en esa ocasión─. Gracias, Chifuyu.

─Aún tengo el regalo. ─Le recordó, metiendo su mano en su bolsillo y tomando la cajita entre esta.

Ante sus ojos se encontraba una caja blanca que era adornada por un lazo azul en el centro. Cuando la tomó y la abrió, sus párpados se abrieron un poco más de lo normal. Estaba totalmente sorprendido.

─Es... Chifuyu, ¿a quién le robaste? ─Bromeó, sacando las cadenas de bronce que estaban dentro del objeto.

─Nunca te lo diré. ─Le siguió el juego, estirando la mano para agarrar la otra cadena.

Había ahorrado mucho dinero para aquella ocasión. Las dos cadenas tenían dos anillos que la adornaban y que, también eran de bronce. El rubio le mostró el interior de los anillos, los cuales llevaban grabado "iré por un yakisoba" y "lo compartiremos, ¿verdad?"

Era impresionante el efecto conmovedor que este regalo había tenido. Chifuyu lo observaba con una amplia sonrisa, esperando a que el mayor se coloque la cadena para él también hacer lo mismo.