El tiempo de antes.

3.9K 560 360
                                    

Eran las cinco de la mañana cuando escuchó la puerta de su habitación ser tocada con fuerza. El rubio estaba a nada de abrir y golpear a la persona que lo estaba jodiendo a esas horas hasta que se dio cuenta de que era Baji.

─¿Eh? ¿Baji-san? ─Se encontraba confundido al ser visitado a esas horas por su amigo.

─Chi...fuyu... ─Parecía arrastrar las vocales de su nombre, como si algo le impidiera pronunciar de manera adecuada.

Estaba ebrio.

Sí, estaba ebrio.

─Baji...-san. ─Observó cómo la figura masculina enfrente suyo intentaba mantenerse de pie pero fallaba, sosteniéndose del marco de la puerta.

Lo ayudó a entrar a pesar de que el contrario se estaba quejando y le decía que lo soltara, que no debía de obligarlo a tenerlo a su lado y que era libre de decidir en dónde quedarse y en dónde no.

Ya saben, las típicas quejas de una persona bajo los efectos del alcohol.

Chifuyu era paciente. Lo tumbó a la cama y fue a preparar la tina mientras escuchaba al menor balbucear cosas.

─Vamos. ─Habló, ayudándolo a ponerse de pie y guiándolo hasta al baño. Antes de decir algo más, el mayor se encontraba haciendo arcadas, amenazando con vomitar pronto.

Y así fue.

Vomitó el piso de la entrada del baño y también le cayó un poco a su ropa. El menor estaba asqueado, con sus ojos cerrados y conteniendo la respiración.

.   .   .

─¿Baj... ─Había entrado al baño a verificar que su amigo esté bien. Limpió el piso y llevó la ropa sucia hacia el canasto para esta.

Estaba dormido.

Suspiró, acercándose y poniéndose de cunclillas para poder estar a su altura. Una de sus manos apartó el mechón de cabello que le caía en la cara, tomando un poco de shampoo para poder lavar el mismo. Tomó un jabón y lo pasó por su pecho. Aunque no estaba haciendo nada malo, sus mejillas estaban sonrojadas y sentía bastante vergüenza en ese momento.

Era la primera resaca de Baji. Nunca antes lo había visto de esa forma pero agradecía ser el primero.

─Mmmcmgkfm... ─Murmuró el mayor aún dormido.

.   .   .

Con mucho esfuerzo pudo vestir a Baji y dejarlo en su cama para que descansara. El sol ya había salido y de esa misma forma, su sueño se esfumó. Se quedó todo el rato leyendo un manga hasta que escuchó al pelinegro despertarse poco a poco.

─Buen día. ─Saludó el rubio, haciendo sobresaltar al contrario.

─¿Eh? ¿Chifuyu? ─Estaba absolutamente confundido y su cabeza dolía. No entendía cómo había llegado hasta ahí.

─Te embriagaste y llegaste a las cinco de la mañana a tocar mi puerta. ─Empezó a hablar el ojiazul─. Luego vomitaste en la entrada de mi baño y también tu ropa. Te tuve que bañar y con mucho esfuerzo te traje hasta acá.

El más grande escuchaba todo eso atónito. No lo podía creer. ¿Emborracharse? ¿Causarle problemas a él? Había salido con Kazutora a un bar y estaban bebiendo. Era lo único que recordaba.

─Yo... perdón. ¿No dije nada incoherente?

─Sí, muchas cosas. ─Respondió serio.

─¿Qué...? ─Le preocupaba haber dicho o hecho algo que incomodara al menor. Después de lo ocurrido en el baño hace una semana atrás, simplemente continuaron como si nada.

─Es broma, te comportaste. ─Le regaló una sonrisa para poder calmarlo. Este sólo cerró sus ojos y se sentó a un lado del cuerpo contrario, apoyando su cabeza contra la pared.

Ambos se quedaron en silencio hasta que el celular del rubio empezó a sonar. Era su novia, los dos chicos vieron el agendado.

Antes de que pudiera alcanzar el objeto, Baji puso una mano encima de este y lo alejó de su alcance. Chifuyu lo observaba confundido pero no dijo ni hizo nada hasta que todo volvió a estar en silencio.

─Se mío hoy. ─Soltó de un momento a otro.

Su corazón se detuvo. Sintió su piel erizarse ante aquellas palabras tan crudas que el contrario había dicho. Sus labios estaban entreabiertos, a nada de decir alguna cosa pero no pudo pronunciar ni una mínima vocal.

Un beso en su mejilla fue suficiente para hacerlo volver a la tierra.

─Baji-san... ─Susurró, observándolo a la cara. El adverso sólo elevó una mano y la colocó sobre su cabeza, sonriendo ligeramente.

─Sólo no le respondas a nadie y quédate aquí, leyendo algo conmigo o viendo cosas sobre gatitos. No importa. Lo que sea está bien pero no hables con nadie más hoy.

¿Había malinterpretado todo? ¿O el mayor había hablado con doble sentido?

No importaba. Ese día se quedaron juntos todo el rato; leyendo mangas, viendo vídeos en internet, discutiendo sobre cuál pareja era la mejor de todos los mangas de shoujo que habían leído, riendo, molestando.

Si bien es cierto, Chifuyu tenía novia desde hace ocho meses atrás y Baji había colocado una barrera entre ellos hace cinco, justo ahora, en ese momento, todo era como en antes cuando tenían trece y catorce años.

El tiempo se iba volando pero los recuerdos que habían creado juntos eran únicos. Su conexión era diferente a cualquier otra conexión con cualquier otra persona.

Ambos lo sabían y lo aceptaban.

.

|| 𝐁𝐀𝐉𝐈𝐅𝐔𝐘𝐔. ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora