Capitulo 14

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El tiempo paso rápidamente y tres meses se esfumaron de sus vidas como lo haría una ráfaga de viento, había veces en que los días parecían eternos entre el sentimiento de nerviosismos que inundaban sus corazón y otros días pasaban tan rápido una vez pasados esos sentimientos, el ojo vigilante de sus hermanas los puso en apuros más de una vez, pero con ingenio y suerte lograron hacerse de las suyas, el sentimiento paranoico de que todos en la casa lo sabían y todos esperaban ese momento para aplastarlo con el peso de la inmoralidad hacia que ambos sintieran el pavor subirse por sus espaldas y casi atreverse a terminar todo lo que forjaron, pero una vez que estaban solos, se sentían en paz, como si todo el mundo desapareciera y estuvieran solos los dos para construir una historia digna de un libro que merecía ser leído por jóvenes y adultos.


-¿Todo bien Lincoln?-Luan apretó un poco mas fuerte el brazo del menor pero sin dejar de ser suave a su tacto.

La miro a los ojos y asintió con una sonrisa, ellos estaban lejos, muy lejos, lo suficiente para que nadie conocido pudiera reconocerlos, ese momento era obra de haber sacrificado tiempo y esfuerzo en salir más temprano de la casa y tomar un autobús que los lleve lejos, siempre con una escusa que los dejaría impunes de la vigilancia de sus padres y hermanos, a Lincoln le molestaba que ellos tuvieran que esforzarse para esconder su relación, no por el esfuerzo en sí, más bien por su hermana, ella merecía estar donde quisiera y cuanto quisiera con un chico que sea normal, no con él, quien no tenía ni un talento, algo que destaque o si quiera la posibilidad de ofrecerle una vida normal o mínimamente tranquila.

Y le frustraba no poder ofrecerle aquello, por el momento Luan tenía que conformarse con su compañía y su lealtad.

Pero sabía que ella merecía más.

-Todo perfecto, ¿vamos por chocolate?-pregunto, aunque sabia que si le preguntabas a cualquier mujer de la familia Loud, la pregunta sonaba sumamente tonta

Ella asintió con energía y lo agarro de la mano, apretujándolo entre sus dedos, tenía que ser precavido o de lo contrario Luan podría acabar con toda la tienda de comestibles y con su mesada de paso, soltó una risa nerviosa ante esto, ya se imaginaba de rodillas en la sala rogándole a sus padres si es que su método de persuasión fallaba.

-¡Vamos Lincoln!-

-No es como que se vayan a acabar los chocolates cuando llegues-pero muy posiblemente lo hagan luego de eso.

-¡Podrían hacerlo!-exclamo, como si el mundo fuese a acabar si ella no tuviese aquel dulce en sus manos.

-Ya voy-suspiro divertido mientras se dejaba arrastrar suavemente por Luan, pensando que bien podría gastar cada centavo y aun así lo consideraría la mejor opción que tuvo en invertir su dinero.

Fueron hasta una tienda de comestibles, era la primera vez que lo veían, ninguno de los dos acostumbraba a salir de Royal Woods más que por comida, entrar tomados de la mano aun le parecía extraño y reconfortante a la vez, siempre mirando por encima del hombro con el temor de encontrar caras conocidas, que lo miren a los ojos con la boca entre abierta en una expresión de indignidad y asco y los apunte, nunca paso en todo el mes, pero el peligro se sentía cercano como una dinamita del cual sería cuestión de tiempo para que explote, quemando todo lo que había construido con Luan, no podía permitirse eso.

Luan lo miro de reojo mientras inspeccionaba los dulces, su hermano miraba hacia la calle, preocupado, como si en cualquier momento alguien viniera a atacarlos, eso la hizo mirar en su misma dirección, pero no vio más que un par de niños pasando despreocupados, ella no quería eso, no quería que Lincoln estuviese paranoico por cualquier persona, quería verlo feliz, quería que sostuviera su mano sin temor, que la abrace, que la bese.

la risa que ilumina mis días (Luancoln)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora