Capítulo 2. Akihi

594 99 22
                                    

Akihi
Del hawaiano akihi
1. Sensación de desorientación que se presenta después de recibir las instrucciones para llegar a un lugar.

 Sensación de desorientación que se presenta después de recibir las instrucciones para llegar a un lugar

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Despertó mirando al techo y con la mano levantada hacia arriba. Había soñado nuevamente con el hombre de la montaña.

En su sueño, de nuevo estaba en el Descanso entre las nubes. Intentaba encontrar nuevamente sus ojos dorados. Sólo lo había visto un momento pero sabía con detalle el color y textura de su piel. También podía comprender que había una tristeza profunda en su corazón. Wei Ying deseaba aliviarla.

Después de su visita a la montaña, sus hermanos comprendieron de inmediato que había visto a alguien ahí. Trato de explicarlo: era un sentimiento que se había quedado atrapado en ese lugar. Era un sentimiento tan intenso que las paredes, las plantas y la piedra se habían impregnado de él y la energía no se había desgastado a pesar del tiempo.

¿Cientos de años? Sí. Los animales, usualmente sensibles, no huían de él. Los conejos simplemente hacían lo que sus padres y los padres de ellos habían hecho. Podía retroceder generaciones en la vida de esos conejos, seguramente llegaría hasta las criaturas que había alimentado el hombre de la cinta en la frente.

Wei Ying se levantó y se estiró. Tomó el cuaderno sobre la mesa de noche y observó el rostro que había dibujado. Llevaba algunos días teniendo el mismo sueño, con las mismas acciones y la misma sensación opresiva en su pecho.

Revisó sus notas. Después del dibujo, escribió todas las sensaciones que tuvo durante la visión y las que le causaban los sueños. También intentó recordar la melodía que había silbado instintivamente durante ese momento.

Bajó a la cocina y se esforzó por poner sus ideas en orden.

—Wei Ying —saludó el tío Jiang Fengmian mientras se ponía su sombrero de pesca —iremos a pescar, ¿quieres venir? —preguntó levantando su caja de anzuelos.

—¿Cómo vendría con nosotros si no está vestido ni ha desayunado? —dijo Jiang Ziyuan saliendo de la cocina.

La tía lo vio de arriba a abajo obligándolo a declinar la invitación.

—Tal vez otro día, aún quedan muchas vacaciones.

—Se acabó el arroz, pero seguro puedes encontrar algo. A-Li no se siente muy bien hoy, no la hagas cocinar ¿de acuerdo? —dijo ella poniéndose la mochila y palmeando el hombro de su esposo para que se apresurara.

—No hay problema...

—Vámonos, se nos hace tarde —dijo ella y se despidió en voz alta dejando que sus hijos le respondieran desde la cocina deseándoles buena pesca.

Wei Ying miró la cara de su tío, era un "ni hablar". Afortunadamente la tía había entendido que lo mejor para ambos era no verse. Eran sólo unos meses de vacaciones, luego volvería a la ciudad y Jiang Ziyuan podría olvidar que existía.

NostalgiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora