Capítulo 5. Yuánfèn

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YuánfènDel chino 缘分1. Dos personas que están destinadas a encontrarse pero no a permanecer juntas.

Se encontraban sentados en la terraza, hacía buen clima porque el verano en Caiyi sólo le daba un toque cálido

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Se encontraban sentados en la terraza, hacía buen clima porque el verano en Caiyi sólo le daba un toque cálido. El té acompañaba bien el postre. Wei Ying observó la casa, era sencilla, de tejado azul y maderas grises. Observó al tío, aunque era mayor, tenía rastros del atractivo de su juventud y una barba de candado con algunas canas dispersas. También estudió al hermano, que tenía una sonrisa amable y sacaba conversación con facilidad.

El tío pensó que Wei Ying era un compañero historiador de la universidad a la que asistía Lan Zhan. Lo había visto curiosear entre los nísperos, por eso notó su presencia. Wei Ying explicó que estudiaba Arte y diseño. Al ver que Lan Qiren torció la boca para mostrar su desagrado, agregó que estaba ahí por una investigación de Historia del Arte. Eso captó su atención de inmediato. Lan Zhan no parecía molesto con la mentira, tal vez era mejor fingir que se conocían.

Cuando dijo que quería basarse en el periodo entre la Campaña para derribar al Sol y la Cacería de la bestia*, se le iluminaron los ojos. De inmediato comentó los diversos avances musicales que se hicieron en esa época. También el apoyo que se dio a las artes pictóricas gracias a la alianza entre la secta Jin y la secta Lan.

—En las escuelas no enseñan lo importante que fue la cultivación para nuestro desarrollo tecnológico, científico y cultural. Nuestra familia tiene siglos de antigüedad ¿Te lo dijo A-Zhan? Los Lan pelearon en diferentes campañas, una vez tuvieron a los cultivadores más poderosos.

Wei Ying asintió para que continuara, miró a Lan Zhan con confianza, le decía "¿Ves? Todo está bien". Por desgracia, les esperaban horas de conversación.

Lan Qiren era el bibliotecario y un apasionado historiador aficionado con una fijación por la Era del cultivo. Los Lan llevaban generaciones pasándose una colección de libros antiguos que contenía obras escritas por Lan An, el fundador de su clan, entre otras figuras de renombre dentro de la familia. Algunas eran originales, otras eran copias que algún Lan hizo con dedicación para que el contenido salvara los estragos del tiempo.

Sin perder oportunidad le habló de la Campaña para derribar al Sol. Para Wei era mucho más entretenido escucharlo que leerlo en un libro. Miró con atención y completó algunas conjeturas con la información que aprendió los últimos días.

Aceptó otra taza de té y una segunda rebanada de pastel para seguir escuchando:

—Vivieron años de paz después de la muerte del Patriarca de Yiling. Las sectas pensaron que se había erradicado el mal. No esperaban que hubiera dejado discípulos. Se cuenta que en los túmulos de Yiling entrenaba a niños y jóvenes para moldear su cultivo hacia el camino demoníaco.

—¿Entonces si tuvo una secta?

—¡No se podría llamar secta a algo como eso! —Lan Qiren se escandalizó y miró a sus sobrinos, ellos negaron con la cabeza apoyando su narración. Habían escuchado tantas veces la historia que sabían el punto de vista de su tío.

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