Capítulo 6. Mamihlapinatapei

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Mamihlapinatapei

Del yagán o yámana mamihlapinatapei

1. Cruce de miradas entre dos personas que desean hacer algo, aunque se resisten a actuar.

 Cruce de miradas entre dos personas que desean hacer algo, aunque se resisten a actuar

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Al entrar, un hormigueo les recorrió la espalda. Voltearon notando que no había diferencia en el arco.

Recorrieron los lugares principales, los edificios y los pasillos que los conectaban con otros. No había otros visitantes.

El cansancio por subir tantos escalones no se fue, sus sentidos se percibieron ensordecidos a medida que se adentraban en los terrenos. Cada vez estaban más cerca del jinshi, encontraron un ligero aroma a sándalo que disipaba el viento.

Atravesaron el pequeño bosque de bambúes y encontraron las residencias. Wei Ying se quedó quieto mirando el jinshi. ¿Si iba hacia ahí encontraría a Hanguang-Jun? Sintió vergüenza ¿Tenía derecho de verlo? En su corazón creció una enorme pena. Podía compararla a haber hecho algo que creyó bueno y ahora arrepentirse.

Lan Zhan notó que el sándalo emanaba de ese lugar. Miraba a Wei Ying, pensaba "Mírame, por favor mírame", "Quédate conmigo", "Déjame tomar tu mano".

La luz era cálida, el aroma los reconfortaba. Cuanto más tiempo se quedaban quietos, más ensordecidos estaban, más flotaban y más se perdían en sus pensamientos.

Lan Zhan tomó la mano de Wei Ying en medio del estupor. El roce les provocó un hormigueo, pudieron verse a los ojos de nuevo. Entrelazaron sus dedos y estrujaron la mano del otro. Poco a poco recordaron cuál era su destino inicial. Los rostros de ambos se enrojecieron.

Lan Zhan no soltó su mano, la utilizó para guiarlo hacia el camino. Wei Ying notó que estaba perdiendo la noción del tiempo. Intentó ver su teléfono, verificó la hora y al instante la olvidó.

Se aferró a la mano de Lan Zhan.

Cuando se comunicaba con un fantasma el tiempo se diluía. Los fantasmas ya no responden a las horas o a las fechas. A pesar de su experiencia, jamás fue absorbido de esa manera.

En sus visitas anteriores su visión fue igual. Ese día algo se había detonado. ¿Era Lan Zhan el detonante?

Se mantuvo constante el ruido de las hojas rozando sus cuerpos y de la hierba crujiendo bajo sus pies. El camino hacia la cripta familiar no estaba despejado para no perturbar las tumbas.

Se internaron en el bosque. Wei Ying no estaba seguro. ¿Pasaron horas o sólo habían caminado unos minutos? Dejó de esforzarse por averiguarlo cuando llegaron a un claro enmarcado por un arco y muros rotos. En la entrada había una leyenda incompleta, se intuía: "Salón de los crisantemos".

Las filas perfectamente acomodadas mostraban tumbas de distintas alturas. No estaban invadidas por la maleza, tampoco estaban libres de ella. Parecían estar sobre las tumbas como decoración porque ninguna cubría los nombres o el espacio para los inciensos y las ofrendas.

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