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Acababa de llegar al apartamento, había salido toda la tarde para poder organizar una velada romántica, compré todo por lo que pasó en mi cabeza, globos, rosas, champagne, chocolates, quise comprar un látigo o tal vez unas esposas, pero pensé que eso no sería lo más ideal para una ocasión asi, experto no era, pero me había motivado el volverme un ser empírico en el tema.
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Terminé la llamada con Tul, mis manos estaban temblando de tal manera que tuve que agarrar el teléfono y sentarme para poderme calmar, el corazón empezó a latirme con fuerza, ¿Porqué de un momento a otro Tul ha decidido terminarme?, salí, no pude aguantar más, no me volvió a responder las llamadas, era algo tarde pero debía ir hasta donde estuviera para que me explicara que era lo que acababa de escuchar. Fui hacia su apartamento, quise entrar al edificio pero el portero no me dejó.
"Buenas noches señor. Hacia donde se dirige?." Trataba de no pasar por encima de su existencia. Era entendible, estaba haciendo su trabajo.
"Si, voy al apartamento de Tul, Tul Pakorn." Iba de nuevo a pasar pero me detuvo con su mano sobre mi pecho.
"El señor Pakorn ha dejado dicho que se ausentará unas semanas, él no se encuentra en su apartamento." ¿Qué?.
"No le ... Dijo a donde iba?." Tenía mareo, quería caer al suelo. Empezaba a darme vueltas la cabeza.
"No señor, por favor si no es más retírese." Me señaló la salida.
Sali de ahí, y anduve por toda la ciudad en la motocicleta, buscando equivocadamente a Tul en cada esquina, le preguntaba a cada persona, en medio de mi estado mental quería verlo, y pensaba que alguna persona de los alrededores sabía de su paradero, le marcaba y no contestaba, le quemé el teléfono con mil llamadas y nada, no podía acudir a nadie, fui por unas cervezas y me senté justo enfrente del lugar de trabajo de él, esperando que al menos tampoco hubiera renunciado. Era mi única opción, en solo un corto periodo de tiempo mi sistema nervioso me había consumido el único gramo de paz que había logrado conseguir.
08:30 hrs.
Estaba entre el sueño y vigilar de que en algún momento apareciera él, en una de esas instancias vi como llegó la encargada, a los minutos llegó un taxi, corrí al observar los cabellos castaños de Tul.
"TUL!.." Volteó a verme e ingresó al lugar, yo entré tras él intentando alcanzarle. "Tul por favor!!." Alce la voz, clamando por una, solo una explicación. Me detuvo la encargada. Él solo cruzo la puerta de lo que debía ser el lugar de los casilleros de empleados.
"Es mejor que se vaya señor, no quiero llamar a la policía." La sangre me corría por las venas.
"No pienso irme de aquí si no hablo con él!! Tul!!." Gritaba como loco. Noté como ella le hizo la señal a la cajera de avisar a las autoridades. Por un momento me estaba dejando llevar de mis instintos e hice amague de llevarme la mano al bulto de mi cintura que notablemente era un revólver, ella lo notó y pudo haber cedido ante mi, pero recordaba que le había hecho una promesa a Tul y me retiré frustrado.
Literalmente me senté todo el día, a la luz del sol y del agua a lo lejos podía distinguirlo, serían ideas mías pero lo notaba triste y cabizbajo, si me acercaba de nuevo empeoraría las cosas. No me moví ni un segundo del lugar, cuando por fin pude ver que salía estuve listo para su encuentro pero justo iba con la misma mujer de la mañana.
"Tul! vida! por favor...!." Giró ante mi insistencia, su cara de presión ante la situación me lo decía todo. "¿Qué ocurre?."
"Max, de verdad... No te quiero, no quiero! no ves que eres malo para mi?." Pero como era posible?, si hacia un tiempo para acá todo iba perfectamente bien.