Los días para Jungwon se volvieron grises aún en primavera.Primero había perdido a su Abuela, después le siguió Jay.
Todo lo bueno que había conseguido, toda la felicidad que tenia le fue arrebatada en un abrir y cerrar sus ojos. Aún no entendía que le había sucedido a Jay, su garganta aún dolía de gritar tanto.
Se suponía que solo sería una cita con el doctor, su abuela había ido tantas veces a hacerse análisis de rutina que no se imaginó que aquel día terminaría internada.
—¿No sería mejor empezar con el tratamiento?.
Su abuela le había estado ocultando algo, pero negó mirando a su Doctor. Este solo suspiro y le indico que harían todo lo posible.
El no la había visto mal ¿En qué momento su situación había empeorado? Se odio por no darse cuenta que su abuela había estado en un mal momento todo ese tiempo, estaba sufriendo y él no lo había visto.
Una semana paso hasta aquel día negro.
Su abuela lo había dejado, había marchado a un lugar mejor o eso esperaba.
—Ahora descansa en paz.
Había dicho su padre.
Jay era otro caso. No había tenido tiempo de ir a verlo, ni siquiera había puesto un pie fuera de hospital. Fueron escasas veces donde volvía a darse un baño para luego regresar hasta la camilla donde estaba su abuela, sostener su mano y decirle que todo estaría bien. Hasta que el sonido de ese fatídico aparato sonó en sus oídos.
Cuando la noticia llegó no regreso a su casa, en su lugar fue hasta aquel donde sus mejores momentos habían ocurrido.
Para su sorpresa, la puerta estaba cerrada.
Pero no hacía frío.
Fueron días donde pasaba por la puerta e intentaba abrirla, cada una de esas veces seguía cerrada. No lo entendía, Jay había llamado a su casa, sabía que estaba en el hospital con su abuela ¿Por qué ahora le daba la espalda?
Un día tomo valor y grito como en aquel invierno donde creyó que todo estaba perdido. Grito su nombre, grito cuanto lo amaba, por qué si. Eso era lo que sentía, amor.
Pero su corazón no soportaba otra perdida. Y por su bien, se apartó de aquello con un dolor en el pecho.
—¿Cuánto tiempo seguirás así?.
Sunoo intentaba nuevamente ponerlo de mejor ánimo, fracasando en el proceso.
—Si tu abuela no te hablo sobre su enfermedad, es por qué no quería verte triste.
Los miro con una mueca. Era verdad y lo entendía, aunque le dolía y era un dolor que nunca se iría, lo entendía y tenía claro que debía seguir así como ella lo hubiera querido.
—¿Estás así por el chico ese?.
Sus ojos se aguaron. Claro que estaba así por Jay, su primer amor había desaparecido sin dejar rastro, como si fuera polvo que salió volando por el viento.
—¿Y si Jay era una fantasía?.
Se dijo más a si mismo que a sus amigos. Nadie había visto a Jay fuera de su casa, solo el sabía de aquello. Pero las flores eran reales, el cuadro en su pared era real, la voz en el teléfono lo era. ¿O no?
Su interior deseaba que así fuera y dejar de sufrir por un amor que terminó así como empezó. Tan pronto que pareció un sueño.
—Si quieres podemos ir hasta su casa y ver si es real.
Esa sin dudar fue la mejor idea que Sunghoon había tenido en siglos.
Llegaron caminando hasta el lugar, Jungwon lo conocía de memoria y sus pies se encaminaron solos, repitiendo el mismo camino que hizo durante tanto tiempo. Al llegar encontraron una casa.
Una casa abandonada.
Jungwon jadeo.
—¿Es esta?.
—Parece que nadie vivió durante años.
Volvió a mirarla una y otra vez, la última vez que había ido hasta aquel lugar no se veía así. Camino despacio, con su cuerpo temblando, tomo el picaporte de la puerta dudoso y la empujó.
La puerta de abrió, dando paso a un jardín. Todo estaba tal y como lo recordaba, las flores estaban ahí, el columpio, la mesa donde lo había visto estudiar. Camino despacio, el pasto no estaba tan cuidado como antes, las flores aún vivían, pero estaban frágiles e intentaban sobrevivir con lo poco que tenían.
Era el patio de flores que tantas tardes había visto, aún así se sentía triste, era un lugar abandonado.
—¿Es como lo recuerdas?.
—Algo. Está más triste de lo que recuerdo.
—Creo que lo mejor sería ir a un psicólogo.
Niki recibió un golpe enseguida.
Algo dentro de Jungwon le decía que debía escucharlo.
—Escucha Jungwon, puede sonar una locura pero. ¿Cuando leíste sobre la Criofobia?.
Lo miro pensando. Estaba por responder rápidamente que fue después de ver los síntomas de Jay, pero empezó a dudar de su propia mente ¿Lo había inventado todo? Acaso ¿Jay no era real?
Su psicólogo le había dicho que seguramente iría olvidando toda aquella historia de cuento de hadas, que pronto su cerebro empezaría a reaccionar y se daría cuenta que había inventado todo. Que pronto volvería a amar de nuevo la primavera, que las flores volverían a ser bellas y que ya no lloraría por las noches al sentirse patético.
Es que Jay se había sentido tan real.
Pero algo tan perfecto como el, no podría serlo.
—Muy bien, te espero mañana. Has mejorado mucho.
El paciente salió del consultorio junto al especialista, había cambiado los días de sus sesiones y no conocía a los pacientes. Ya había hecho amigos en la sala de espera. El doctor Lee lo observó con una sonrisa y le indico que era el siguiente.
Dió vuelta en cámara lenta, con el corazón en la garganta viendo como todo daba vueltas.
Una lágrima de felicidad mezclada con confusión salió de sus ojos al verlo ahí parado aún con su sonrisa y ese brillo en los ojos.
—Doctor, ¿Quién es el?.
Debía aclarar que no era el único que lo veía. Que existía y estaba parado frente a él.
—Es paciente de un colega, del doctor Park.
—¿Jay?.
—¿Quién más podría ser? Jungwon ¿Sigues siendo mi príncipe?.
♡
Mañana publicaré el último capítulo,,
no lloremos.
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. ⸙ ° ✧ Primavera ── JayWon
Fiksi PenggemarDos personas, un patio de flores Cada primavera, una promesa. -Volveré en la próxima primavera- -¿Por qué no puedo verte en invierno?- -Hasta la primavera- Jungwon no entendía porque Jay desaparecía cada vez que el frío se avecinaba y no volvía hast...