La desnudez de mi alma

Mi primera vez

Día 10

Hoy fue mi primera vez.
Por primera vez, rompí un corazón sin siquiera tocarlo. Sus ojos perdiéndose en mí, y yo jamás pude ver nada, sólo mi reflejo.

¿Qué era aquello que me incitaba a besar sus dulces labios?

Aquello que me pedía abrazarlo con desdén, como si no hubiera un mañana. Cuando anhelaba verlo entrar por la puerta en las mañanas, en las tardes, en las noches mientras yacía esperando por mí. ¿Por qué no fue suficiente ese cariño tan frágil?, ¿Por frágil?...
Siempre quise a alguien que me amara.

Susurraba al viento, miraba el cielo despejado y al inmenso paraíso rogaba porque llegará alguien como él, entre lamentos y melancolía de pronto la lluvia hacia aparición mientras yo permanecía y el maquillaje ya arruinado escurria por mi rostro, escurria y escurria... Amor, que difícil es tenerlo, que difícil es amar. Aprendí a sobrellevarlo, y entonces en el cielo había un estorboso y maldito rayo, un sol gigante que me cegaba cuando me forzaba tanto a verlo. Era todo, pero no era nada. Siempre estuvo ahí aquel amor que tanto pedí alguien vez, mi corazón se hacía más grande que quería salirse por la boca, y lo amé a lo desgraciado, sin temor, con prisa, sus traiciones, sus engaños, su poder. Y cuando llego aquella persona, no pude quererla. No supe como hacerlo, por que ahora solo puedo alimentar a mi corazón, y siento que nadie es digno de tenerlo.