chapter eleven!

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( bitch, eleven )frenemy

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( bitch, eleven )
frenemy

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Se suponía que Allison se llevaría a Isabelle y Lydia a casa para que Stiles pudiera ir con Scott a cazar al Kanima, pero el chico Stilinski le echó un vistazo a Elle y no pudo dejarla.

Entonces, mientras Allison rodeaba con un brazo a Lydia y Elle para llevarlas a su auto, Stiles envolvió una mano alrededor de la parte superior del brazo de Elle con suavidad, para evitar que se fuera a alguna parte. Ella se detuvo y lo miró, haciendo que las otras dos también lo hicieran. —Yo-um la llevaré de vuelta.

Allison le dedicó una pequeña sonrisa y asintió, mientras Scott miraba con cariño a su mejor amigo. Stiles pasó un brazo alrededor del hombro de Elle y la guio hacia su jeep. Suspiró cansada, abrió la puerta y entró, abrochándose el cinturón de seguridad.

Condujeron en silencio con Elle mirando por la ventana mientras Stiles la miraba periódicamente, notando las manchas de lágrimas en sus mejillas. Su corazón se desplomó mientras ella sollozaba levemente. Sacó un pañuelo de papel de un compartimento de su jeep y se lo entregó, rozándose con sus manos. Susurró un pequeño "gracias" y eso fue todo.

Cuando se detuvo en su camino, apagó el motor y se volvió hacia ella. Sintiendo su mirada, ella también lo miró lentamente. Stiles suspiró. —Por favor, no se lo digas a nadie.

Elle lo miró con los ojos entrecerrados. —¡No lo haré si me dices qué diablos acaba de pasar!

Stiles suspiró de nuevo y la miró suplicante. —Quiero decirte - realmente quiero, pero no puedo. No me corresponde a mí decirlo y es demasiado peligroso.

Elle se burló de él. —Oh, en serio.

Stiles frunció el ceño. —Sí, en serio. Pero no puedo permitir que te lastimes por mi decisión —Elle puso los ojos en blanco y salió del coche, entrando en su casa y dejando atrás a un Stilinski culpable y desesperado.

* * *

Lydia pronto invitó a Isabelle a la suya para que ninguna de las dos tuviera que sentirse insegura por su cuenta. Estaban bien simplemente pasando el rato en la habitación de Lydia hasta que Prada comenzó a ladrar para salir. Lydia se volvió hacia Elle. —Vuelvo en un minuto.

Lydia levantó a Prada cuando llegaron a la puerta trasera y la abrazó. —Okay te amo —Besó la parte superior de su cabeza varias veces antes de dejarla caer suavemente—. Ve. Ve —Prada salió corriendo por la puerta abierta mientras Elle se quedó allí y se estremeció—. Vamos, Prada. Pesas tres kilos. No puede salir mucho de ti —Cuando Prada no regresó corriendo, Lydia comenzó a preocuparse—. ¡Prada, ven! ¿Prada? Prada. ¿Prada?

Lydia se dirigió temblorosa y descalza a la puerta donde estaba hasta que se reveló una figura caminando hacia ella. Las cejas de Lydia se juntaron mientras miraba confundida a la ahora reconocible persona que llevaba a Prada en sus brazos.

—¿Perdiste algo?

Lydia le dedicó una sonrisa curiosa mientras tomaba a Prada de sus brazos y la metía dentro y luego volvía a apoyarse en un poste junto al chico misteriosamente descarado y guapo de la oficina de la consejera. —Entonces, ¿debería llamar a la policía, o hay una explicación para estar en mi patio en medio de la noche? —Bromeó.

El chico la miró divertido. —La escuché ladrar, y vivo en la casa de atrás. ¿Está bien, o debería empezar a correr?

Lydia le sonrió. —Bueno, gracias por traerla de vuelta —Ella fue a salir y volver a entrar a su casa, pero él la agarró por la muñeca antes de que pudiera, tirando de ella suavemente hacia donde estaba antes.

—¿Todo bien?

—¿A que te refieres?

El chico suspiró mientras la miraba en contacto visual directo con sus fascinantes ojos azules. —Es decir, ¿tú estás bien?

Lydia se alejó un paso del poste cuando comenzó a enfadarse. —¿Lo dices por el otro día en clase? No estoy loca. Puede que sea la chica que camina desnuda y escribe al revés en la pizarra, pero al menos no soy una de esas locas de la escuela que toman vicodina y se cortan las muñecas.

El chico también se acercó un paso más a ella. —Oh, ¿así son las otras chicas? —Él notó que cuando dio un paso adelante, ella tomó la misma distancia hacia atrás—. ¿Por qué hiciste eso?

Lydia lo miró. —¿Qué cosa?

Peter, el chico, la miró un poco herido. —Tú-tú retrocediste.

Lydia enarcó una ceja. —Tú diste un paso adelante.

Peter inclinó la cabeza hacia un lado y abrió la boca ligeramente. —Tal vez quería besarte.

Lydia correspondió a la inclinación de la cabeza haciendo lo mismo. —Quizás no quiero que lo hagas.

Peter se acercó un paso más. —¿Eso significa que tal vez podría?

Lydia, que había comenzado a sentirse un poco incómoda sin razón aparente, de repente tuvo un brillo feroz en sus ojos que hizo que Peter sonriese para sus adentros. —Si quieres que te golpee la cara —Ella sonrió dulcemente de una manera muy sarcástica.

—¿Puedo tomar tu mano?

Lydia puso los ojos en blanco. —¿Qué tengo, nueve años?

Peter detuvo a Lydia antes de que pudiera volver a caminar recogiendo una flor cerca de su cabeza. —Uh, ¿puedo darte una flor? —Lydia la alcanzó, pero Peter se la quitó antes de que ella pudiera sostenerla—. ¿Prometes guardarla? Si te pregunto mañana si la tienes, y dices 'no', me sentiré muy mal.

Ella tomó la flor, girándola entre sus dedos. —Bueno, si no la tengo... —le dio un golpe en la nariz con ella—. ...Te mentiré —Ella se fue antes de que él pudiera detenerla de nuevo.

* * *

Una vez que Lydia regresó a la habitación, con la flor detrás de la oreja, se dejó caer en la cama con un suspiro.

Elle frunció el ceño. —¿De dónde sacaste la flor?

—¿Eh? —Lydia preguntó—. Oh, en algún lugar del jardín.

Isabelle arqueó una ceja pero no se molestó en interrogarla más. —Sabes, Dan me llamó.

Lydia saltó. —¡Cállate! ¿Cuándo?

—Antes de que todo se volviera una mierda —Elle se burló—. Preguntó sobre el ataque. No sé cómo lo supo. Pero no sabía que tú también fuiste atacada.

—¿Dónde está? ¿Cuándo volverá? —Lydia extrañaba a Daniel. Él también era como un hermano mayor para ella. Cuando pasó su examen de conducir, él solía llevar al par a la casa del lago de su abuela en el verano durante unos días.

—No lo sé, nunca me lo dijo. Parecía que quería hacerlo, pero cortó. ¿Y si está en problemas?

Lydia se burló, ocultando su propia preocupación. —Si alguien está en problemas, serán los que molesten a tu hermano.

Elle no estaba prestando atención, estaba demasiado atrapada en escenarios que involucraban a su hermano. Ella jadeó dramáticamente. —¿Y si está en una secta?

Lydia no pudo evitarlo. Echó un vistazo a la cara de sorpresa de Isabelle y se echó a reír.

Elle la golpeó en la cara con una almohada varias veces. —¡Deja de reír! ¡Mi hermano podría ser el cordero de sacrificio dado a Satanás y tú te estás riendo! —Elle cedió y se dejó caer en la cama, uniéndose a la risa de Lydia por su ridiculez.

BITCH ━━ stiles stilinski ² ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora