BITCH ━━ stiles stilinski ² ✓

chapter fifteen!

( bitch, fifteen )
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Stiles jugueteó con su palo de Lacrosse mientras se sentaba en la oficina de la consejera en la escuela. Su mente regresó rápidamente a Matt ahogándose. —Se sabe que cuando te estás ahogando, en realidad no inhalas hasta justo antes de desmayarte. Se llama apnea voluntaria. Es como si sin importar cuán asustado estés, el instinto de no dejar entrar agua es tan fuerte que no abres la boca hasta que sientas que te estalla la cabeza. Pero cuando finalmente lo dejas entrar, es cuando deja de doler. Ya no da miedo. Es - en realidad es un poco pacífico.

La Sra. Morrell estudió a Stiles cuidadosamente. —¿Estás diciendo que deseas que Matt sintiera algo de paz en sus últimos momentos?

Stiles hizo contacto visual. —No siento lástima por él.

—¿Puedes sentir lástima por el Matt, de nueve años, que se ahogó?

Stiles suspiró y colocó el palo horizontalmente en su regazo. —El hecho de que un montón de idiotas lo arrastraran a una piscina cuando no sabía nadar no le da realmente el derecho de ir a matarlos uno por uno. Y, por cierto, mi papá me dijo que encontraron un montón de fotos de Allison en la computadora de Matt. Y no solo de ella. Quiero decir, él mismo usó photoshop para incluirse en esas fotos. Cosas como ellos tomados de la mano y besándose. Ya sabes, como si hubiera construido toda esta relación falsa. Así que sí, tal vez ahogarse cuando tenía nueve años fue lo que lo volvió loco, pero su locura ya había empezado mucho antes que eso.

La Sra. Morrell enarcó las cejas y asintió lentamente. —Sin embargo, salió algo positivo de esto. ¿Verdad?

Stiles se sentó. —Sí... —pensó en su padre volviendo a ocupar el puesto de Sheriff—. Sí, pero todavía siento que hay algo mal entre nosotros. No lo sé. Es como tensión cuando hablamos. Lo mismo con Scott.

—¿Has hablado con él desde esa noche?

Stiles negó con la cabeza y comenzó a jugar con la red de nuevo. —No, en realidad no. Quiero decir, tiene sus propios problemas con los que lidiar. No creo que haya hablado con Allison tampoco. Pero esa podría ser más elección de ella, ya sabe. La muerte de su madre la afectó mucho. Pero supongo que los unió a su papá y a ella. ¿Jackson? Jackson no ha sido el mismo últimamente. De hecho, lo curioso es que, a partir de ahora, Lydia e Isabelle son las que parecen más normales.

—¿Y tú, Stiles? ¿Sientes algo de ansiedad por ese juego de campeonato de mañana por la noche?

—¿Por qué me pregunta eso? —Stiles la miró ampliamente antes de recordar que tenía las cuerdas de la red de lacrosse en la boca—. Ah. Uh, no. Yo-yo nunca juego. Pero bueno, ya que uno de mis compañeros de equipo está muerto y otro desaparecido, quién sabe, ¿verdad?

—Te refieres a Isaac. Uno de los tres fugitivos. No has tenido noticias de ninguno de ellos, ¿verdad?

Stiles se apresuró a cambiar de tema.
—¿Cómo es que no está tomando notas sobre esto?

La Sra. Morrell asintió lentamente.
—Tomo mis notas después de la sesión.

Stiles arqueó las cejas. —¿Tiene buena memoria?

—¿Qué tal si volvemos a ti? ¿Stiles?

Stiles suspiró. —Estoy bien. Sí, aparte del insomnio, el nerviosismo, el miedo constante, abrumador y aplastante de que algo terrible esté a punto de suceder.

—Se llama hipervigilancia, la sensación persistente de estar amenazado.

—Pero no es solo una sensación. Es - es como si fuera un ataque de pánico. Ya sabe, como si ni siquiera pudiera respirar.

—¿Como si te estuvieras ahogando?

Stiles miró hacia abajo, la sensación de aplastamiento aumentaba. —Sí.

—Entonces, si te estás ahogando y estás tratando de mantener la boca cerrada hasta el último momento, ¿qué pasa si eliges no abrir la boca? ¿No dejar entrar el agua?

Stiles se encogió de hombros, tratando de no pensar demasiado en eso. —Lo haces de todos modos. Es un reflejo.

—Pero si esperas hasta que ese reflejo ocurra, tendrías más tiempo, ¿verdad?

Stiles se inclinó hacia adelante, intrigado. —No mucho tiempo.

—¿Pero más tiempo para llegar a la superficie?

—Eso creo.

—¿Más tiempo para ser rescatado?

Stiles se burló, su pecho apretándose de nuevo. —Más tiempo para agonizar. Quiero decir, ¿Olvidó la parte en la que sientes que te estalla la cabeza?

—Si se trata de sobrevivir, ¿no vale la pena un poco de agonía?

Stiles miró hacia abajo. —¿Pero y si empeora? ¿Qué pasa si es una agonía y luego - luego es solo un infierno?

—Entonces piensa en algo que dijo una vez Winston Churchill: 'Si estás atravesando un infierno, sigue andando'.

* * *

En el veterinario, Deaton estaba preparando una inyección para un perro mientras Scott limpiaba el mostrador lateral cuando sonó una campana. Deaton se volvió hacia Scott. —¿Podrías ver quién es? —Scott asintió y salió de la sala de operaciones.

De repente, todos los perros en la parte de atrás comenzaron a ladrar y la preocupación comenzó a inundar a Deaton y Scott. Compartieron una mirada y Deaton bajó la aguja. Ambos salieron al frente para ver a Isaac parado allí con la cabeza gacha, luciendo incómodo, como si no quisiera interrumpir nada. Deaton dio un paso adelante. —Está bien Isaac, puedes entrar —Abrió el pestillo para que Isaac pudiera atravesarlo, rompiendo la barrera de cenizas de montaña.

Isaac arrugó la cara cuando Deaton inyectó la inyección en el perro y Scott lo mantuvo presionado. —¿Por qué huele así? —Deaton y Scott se miraron el uno al otro y se rieron levemente—. ¿Qué?

Deaton bajó la aguja. —Scott me dijo casi lo mismo hace unos meses. Un día, de alguna manera, pudo notar la diferencia entre qué animales estaban mejorando y cuáles no.

Isaac estudió al perro mientras gimoteaba y Scott lo acarició para tratar de calmarlo. —No está mejorando, ¿verdad? —Deaton negó con la cabeza con tristeza. Un músculo de su mandíbula se apretó y luego se soltó—. ¿Como cáncer?

—Osteosarcoma —Deaton corrigió—. Tiene un olor particular, ¿no? Ven aquí —Isaac caminó tímidamente alrededor de la mesa, con las manos enterradas en las mangas de su camisa—. Sé que eres muy consciente de lo que tus nuevas habilidades pueden hacer por ti. Fuerza, velocidad y recuperación. ¿Alguna vez te preguntaste qué podría hacer por los demás? Dame tu mano —Isaac, extendió la mano como pidió Deaton y observó con curiosidad cómo la ponía sobre el estómago del perro—. Adelante.

Isaac jadeó cuando las venas de sus manos se volvieron negras y sintió que el perro se relajaba un poco. Luego le sobrevino un dolor en el brazo y retiró la mano lentamente. Scott miró con conocimiento mientras Isaac miraba su brazo que tenía venas negras. —¿Qué hice?

Scott le sonrió suavemente. —Le quitaste algo de su dolor.

Deaton, con una amable sonrisa, se lo explicó. —Sólo un poco. Pero a veces un poco puede hacer una gran diferencia.

Scott vio que Isaac se llevaba la mano a la nariz, enjugándose las lágrimas que caían de la experiencia emocional.
—Está bien. La primera vez que me lo mostró,  también lloré —Isaac miró a Scott con una sonrisa sincera y soltó una risa ahogada mientras miraba al perro.