NUESTRO DESTINO EN UN HILO.

¿Puedes verlos?

- ¿¿¿QUE???- exclame-¿ eso porque?-

-si no recuerdas habíamos quedado en que al encontrar el otro extremo de nuestros hilo veríamos que sucede, y lo mejor es hacerlo cuando los dos lo hayamos conseguido ¿si me entiendes no?

-sí, si te entiendo-dije irónicamente- pero en ningún momento quedamos en que después de hallar a uno buscaríamos al otro

-tienes razón pero tampoco dijimos lo contrario-dijo con una sonrisa triunfante-

-estaba bien tu ganas-dije derrotado, sería imposible hacerle cambiar de opinión- y según tu ¿cuando comenzaría la búsqueda?

-mañana mismo

-¿mañana?- me escuche decir

-¡si mañana!, tenemos que encontrarla mañana aunque nos lleve todo el día y toda la noche

-pero mañana tenemos clase

-faltaremos.... nunca te ha importado faltar-dijo sin dejar que dijera palabra alguna

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Me levante  y ya eran las 9:18 am e inmediatamente fui hacerme mi taza de café después de haber cepillado mis dientes, recordaba la conversación que había tenido con Amanda, no estaba seguro de que querer conocer mi otro extremo sentía que podía ser aterrador,¿ qué le diría?, ¿cómo aria para acercarme a ella?. Todo esto me frustraba, fui a cambiarme de ropa y a peinarme un poco. Como a los 30 minutos se escuchaba que alguien tocaba mi puerta, fui a abrir y era Amanda quien me veía con cara de malhumorada

-¿que traes?, ¿Y esa cara?

-esta cara es de que llevo horas llamándote y no me contestabas-dijo molesta

-oh disculpa no se ni dónde deje mi celular

-no se para que tienes uno si no lo usaras, ya  es hora de irnos

-¿ahora?-exclame-

-sí, ¿qué esperas?, las horas se van volando-dijo con una mueca que no podría describir pero que me causo mucha gracia y no pude evitar reírme-

-¿te pasa?, ¿ahora de que te ríes?

- de nada... es que... me lo imagine literalmente es todo-dije entre risas-

-que idiota eres-dijo con una sonrisa- ya vámonos-dijo mientras me daba la espalda y caminaba

-bien espérame-dije cerrando la puerta y guardando las llaves-

-¿y bien?-dije cuando ya estaba a su lado

-como que ¿y bien?-dijo mirándome- tu eres el que puede verlos, te sigo

-sabes que el otro extremo puede estar en cualquier sitio ¿no?, en otro ciudad, en otro país o asta en otro planeta

-ja ja ja-dijo sarcásticamente- pero tienes razón no había pensado en eso, puede que tengamos que viajar o puede que te pase como a mí y lo encuentres a la vuelta de la esquina

-podemos durar días-dije para tratar hacerle cambiar de opinión-

-ya lo sé, por eso comienza de una vez-dijo frustrada-

-está bien-dije a regañadientes- solo porque quiero

-si claro-dijo con una risita-

Y así comenzamos a caminar y a caminar si no fuera por los hilos o mejor dijo por el mío, estuviéramos caminando sin rumbo, pero no él nos guiaba, ese bendito hilo nos guiaba

-sabes tal vez duremos mucho tiempo si vamos caminando, ni siquiera sabemos cuánto caminaremos

-tienes razón por eso es mejor volver a casa-dije seguro de que se había cansado-