4.- Evento social

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Despertar.

Que horrible.

Ahora hablando en serio, había días que si algo me emociona mucho, espero con ansias este momento, pero cuando ahora significa despertaras y será otro día donde te enfrentarás a Miya. La cosa cambiaba.

Preferiría dormir, pero a la vez una parte de mi solo quiere ir a molestarlo, ni yo me entiendo la verdad. Pero algo así era todo.

Recordaba como esperaba verlo en el campamento, y ahora solo quiero evitarlo o molestarlo, solo para poder sentir un octavo de la emoción que antes me generaba.

Me gustaría tener amnesia y volver desde cero, no haberlo conocido, porque desde que volvió a mi vida no paro de vivir en el pasado tanto que no disfruto del presente.

Una vez más Miya me estaba arruinando la vida.

Ahora de uno de los momentos más irritables del día.

Prepararme psicológicamente para convivir con gente.

Usualmente lo hacía cuando ya me agobiaba mucho una interacción social, o cuando iba a un lugar nuevo.

No me gusta hablar, me gusta resaltar, ser conocido, pero odio que la atención se centre en mí si estoy fuera de la cancha. Era como un mírenme pero no me miren tanto.

Reconozco que es una ridiculez, pero era necesario mentalizarse el día si es que tenía ansiedad por la mañana.

Hoy, voy a ir a entrenar, discutiré con Ats...Miya como siempre, ignorare a Inukani ¿era inunaki? No creo que era Inunaki, con el líbero. Hablar medianamente poco con los que me caen bien. Salir de entrenar devolverme solo, porque oh sorpresa el otro día caminando descubrí que Miya y yo vivíamos medianamente cerca y tomábamos el mismo camino casi, así que cambié mi ruta para no verlo, llegar a casa, ducharme, limpiar todo, hablar con Motoya, cenar, volver a bañarme, tal vez escuchar música, si es que mi cerebro me lo permite, o pensar situaciones que pude haber vivido, y arrepentirme de mis viejas decisiones y dormirme.

Ese sería mi día. Rutinario, pero agradable.

Era hora de empezar el día. Me levanté de la cama e hice lo que siempre hago por las mañanas: bañarme, desayunar, ordenar un poco, y caminar hacia el recinto de los Black Jackals.

Mientras entraba me preparaba para otro día más. Por suerte, Miya aún no había llegado, pero estaba Bokuto, y si tenía que ponerlos en un top de más molestos, Miya solo le gana porque tenemos un mal pasado.

Pero mi suerte duró poco y ahí estaba Miya con su estúpida sonrisa, a venir arruinarme el día. 

–buenos días– hizo un saludo general, ahg, que tonto.

No tardamos más de cinco minutos en discutir, la razón.

Me irritaba como se ataba las zapatillas.

–tomas una cinta, envuelve en la otra y la pasa por debajo formando un nudo– dije apunto de estallar, soy calmado, pero Miya era una excepción.

–mientras estén atados da igual Omi Omi– se ató las agujetas nuevamente de forma rara.

–deja de llamarme Omi Omi, Miya, madura– rodé los ojos, y salí de los vestuarios.

Mi plan del día perfecto se vio afectado por culpa de una terrible noticia.

Mañana habrá una fiesta del equipo y deberíamos de estar todos, y era ridículo. Había rumores entre los chicos, que aún faltaba la llegada de un nuevo para tener la generación completa, hacer una estúpida recaudación, cena, fiesta, lo que sea, sería estúpido sin ese miembro nuevo.

six days, six years, six secondsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora