2.- Ya lo supere

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Aún no podía creer lo que estaba viendo.

El maldito Miya Atsumu. Allí, en su equipo.

Debía de ser una broma.

Ni siquiera quería fijarme en él. No podía creerlo.

Seis años.

Seis putos años sin verlo, sin pensar siquiera en él. Y pasa esto.

Pude sentir como el equipo me miraba extrañado, pero no me importaba. No quería estar allí con Miya, no iba a compartir camerino con Miya, no iba a compartir equipo con Miya, y definitivamente no iba a compartir aire con él. Me rehúso a respirar su mismo oxígeno ¿Que tal si me pega lo traicionero, imbécil, y cruel?

Sin duda alguna no iba a arriesgarme a eso.

Así que hice lo único que pude haber hecho en esa situación.

Salir de allí, y presentar mi renuncia.

Pero no me la aceptaron, acababa de firmar un contrato de dos años con el equipo, tendría que pagar una remuneración para dejarlo, y no entraba en mi presupuesto eso.

El mundo me odia. Es eso.

Cuando volví al camerino todos me miraban, otra vez. Pero en serio me valía mierda.

Estaba muy de mal humor, y no tengo a Motoya aquí como para que me ayudase. Odio la vida de un adulto independiente.

–Hola, eres el nuevo me presento soy Inunaki el super genial libero, los de allí son las torres, o los edificios, o los postes de luz, Barners y Tomas–señalo a unos chicos muy altos– la mascota del equipo, Bokuto–mierda. Había olvidado que Bokuto estaba allí, no era que me cayese mal, pero cuando lo conocí por ser una estrella del top en preparatoria, me pareció alguien medianamente irritable– nuestro capitán favorito, Meain, esos dos de allí que son re simpáticos pero como son nuevos aun no me aprendo bien sus nombres– el chico le sonrió incómodo– y Miya, aunque creo que se conocen ¿no?

Antes de que respondiese, Miya me interrumpió.

–lamentablemente si– que rabia, o sea yo diría lo mismo, pero aun así me dolió aun más en mi viejo orgullo de adolescente.

–ok, eso es raro– rió por lo bajo el chico –y esos somos los Black Jackals, aunque escuche que un chico nuevo llegara como en un mes o algo así– se encogió de hombros.

El libero, Inukani, era irritante ¿se llamaba así?

–disculpa ¿Cuál era tu nombre?

–Inunaki Shion– sonrió.

El entrenamiento fue horrible, o sea yo lo hice super, pero tuve a Bokuto pegado a mi lado preguntándome mil cosas sobre mi vida que obviamente no le diría.

Y al Inukani ese, molestando, o "supuestamente" dándome la bienvenida al equipo. Por suerte al final del todo me fui con los más calmados del equipo, torre uno y torre dos.

Al final de ese horrible día debía de asegurarme de una cosa.

–Miya ven– lo llame afuera de los vestuarios mientras los del equipo se cambiaban

–qué quieres Sakusa– venía enojado.

–olvida lo que pasó hace seis años, no me importo, y no me importas tu, reduzcamos esto– nos señale a ambos– a una relación de compañeros estrictamente profesional.

Miya bufo molesto.

–como si quisiera ser tu estúpido amigo– lo vi sonreír con malicia–... Omi-kun.

six days, six years, six secondsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora