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Always be on your side

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Necesitaba un baño, urgentemente.

Tenía que limpiar su cuerpo lleno de sangre, sudor y lágrimas. Tenía que hacerlo para quitarse ese peso de culpa en sus hombros.

Había recibido la misión de cazar al demonio que atormentaba a un pequeño pueblo, específicamente a los niños. No dudó en aceptar la misión, es su deber proteger a todo aquel ciudadano que sea atormentado por los demonios.

El viento sopla en esa noche de verano, las estrellas acompañando a la luna quien brillaba en el cielo, iluminando lo que podía ser una noche oscura.

Realmente deseaba salvar a todos, en serio lo deseó.

Fue al haber culminado con su misión, fue después de haber cortado la cabeza del demonio cuando entró a su guarida. Fue ahí cuando su cuerpo se congeló al encontrar a los niños desaparecidos sin vida por toda la guarida, fue cuando dio la lamentable noticia al pueblo, fue al escuchar el llanto desgarrador de los padres, fue ahí.... cuando su corazón de rompió.

Se preguntó por milésima vez; ¿algún día tendrían esa utopía en donde todos podían vivir en paz y armonía?

Podía escuchar de forma clara la voz de su hermana en donde le respondía para decirle lo equivocada que estaba.

Con el dolor de su corazón golpeando su pecho se fue de ese pueblo, no importando la reserva que había hecho en una de esas fincas para descansar y partir al siguiente día.

No podía seguir ahí, así que sólo se fue, conteniendo ese nudo en la garganta que amenazaba por explotar.

Pronto tendría una reunión con los pilares y el patrón, necesitaba estar lista para cuando fuera la hora. Podía estarlo y fingir que se encontraba bien, claro que podría... sin embargo al encontrarse con esos ojos grisáceos fue cuando sintió desvanecerse.

Su relación era secreta, nadie más que ellos mismos y las cuatro paredes que los resguardaban sabían del profundo amor que se tenían, ni de los actos románticos que sucedían en ella.

— Tranquila... — susurró él a su oído tomando su cuerpo en un abrazo — Ya te tengo.

Fue ahí, en sus brazos en donde Kanae pudo llorar por fin.

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Sanemi Shinazugawa no era de ese tipo de persona a la que le gustara el afecto sentimental, mucho menos en público. En cambio, Kanae Kochou era ese tipo de persona a la que le gusta el afecto sentimental, sobre todo en público... al menos moderadamente.

¿Cómo pasó? no estaban seguros, solo sucedió... fue un día en el que Sanemi llegó después de una misión a que le curaran sus heridas a la finca mariposa, ese día en el que después de darse tantas miradas llenas de tensión, que se dieron su primer beso.

A heart of sunflower || SaneKanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora