EL LOTO PERDIDO

6. ¿O No?

Necesitaba hablar con Wei WuXian. 

Yu ZiYuan podía contar con una mano las veces que había buscado deliberadamente al chico fuera de sus interacciones obligatorias. ¿Fue infantil? ¿Injusto? Sí, lo era, pero al menos ella era coherente consigo misma a diferencia de su marido.

Esposo que estaba actualmente en Cloud Recesses para una entrevista sobre las próximas clases.

Mientras que los Wen estaban literalmente en su puerta por quién sabe qué razón, la Segunda Sra. Wen y su grasiento hijo a cuestas.
¿Fue esto intencional o una muy mala coincidencia? 
Ambos, se dijo a sí mismo. Habían encontrado su oportunidad y la habían aprovechado. 

Ya podía imaginarse la trágica explicación. El joven maestro Wen persiguió a un Yaoguai hasta los confines de Yunmeng sin saber que había otras personas allí y en el fragor de la caza no realizó las maniobras de seguridad obligatorias para alguien de su estatus que ingresara a las tierras de otra secta y uno de sus miembros. Las flechas golpearon a la única persona cercana al rango de heredero de la secta en el grupo justo antes de que la bestia los atacara.

Excepto eso . .

"Hay más", dice el sirviente mientras camina rápidamente a su lado. 

"El cultivador rebelde recibió el golpe en lugar del joven maestro Wei y..."

"¿Y qué?" pregunta, no tenían más tiempo que perder.

"Está en la enfermería, pero el niño también muestra signos de un látigo de disciplina".

Yu ZiYuan casi había clavado sus pies en el suelo cuando escuchó eso. Sabía a ciencia cierta que ese arrogante mocoso Wen Chao llevaba un látigo, que su idiota madre incluso se había atrevido a pedirle su opinión sobre la técnica del chico durante una conferencia. 

Como si agitar un látigo pudiera llamarse técnica.

Ella encuentra a Wei WuXian fuera de la enfermería caminando de un lado a otro como un tigre en una jaula. Efectivamente, lo habían echado, demasiado ansioso por ayudar, pero completamente inútil.

"Wei WuXian", llama y el chico hace una reverencia y la saluda, pero ella lo detiene al instante.

"No pierdas el aliento", le ordena y el chico endereza la espalda porque sabe que ella odia esa mirada de cachorro abatido.

"Explique rápidamente lo que pasó, no debemos hacer esperar a nuestros invitados".

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"La situación es bastante incómoda, la Segunda Dama Wen se disculpa por entrar corriendo sin avisar", dice la mujer con una sonrisa encantadora y una reverencia con las manos cruzadas en la cadera izquierda acompañada del tintineo de todos sus adornos que la hicieron.... rígida. La reverencia de una dama perfecta, no la de un cultivador, observa Wei WuXian con cierta molestia. 

La mujer claramente no es una cultivadora, él lo siente, pero ella habla por su hijo en un asunto del que no sabe nada.

¿Qué están pensando exactamente?

Wen Chao le lanza una mirada desagradable detrás de su madre, su brazo torcido envuelto en una vergonzosa cantidad de vendas como si estuviera roto.