Investigar (Capitulo 2)

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Siento como mi corazón palpita tan rápido que se saldra de mi pecho. Delante de mi había un hombre, por su ropa parece que era un oficinistas o algo así, su ropa no es algo que me llame la atención si no el hecho de que le faltaba un brazo y por la herida en el costado podía ver sus costillas y la carne expuesta.

Hi! -. Demonios estoy paralizado del miedo, pero por alguna razón el hombre me ignora completamente y se va.
Confundido cierro la puerta detrás de mi y me siento en el suelo muy asustado.

¿Que demonios pasa? ¿Porque no me ataco? ¿Acaso no me vio? Esas y mil preguntas rondaban mi cabeza y trataba de encontrar respuestas.
Después de un rato me rindo y me levanto, aquí sentado no encontré respuesta a mis preguntas.

Fui a mi habitación para verme al espejo, me quede mirando mis ojos azules, mis mejillas, mis labios, trate de ver mi garganta a través del espejo pero no encontraba nada inusual.

No me veo nada raro.- Concluyó después de revisar mi rostro y mi boca.
Procedo a revisar mi cuerpo entero, desde mis brazos, mis piernas y mi torso pero sigo sin encontrar nada raro aparte de la nueva cicatriz de mordida nada era inusual.

Ah no entiendo nada. - termino de decir mientras me acuesto en mi cama deprimido. - No importa cuanto mire no veo razones para que no me atacara, según la página donde investigue era fácil reconocer a los infectados los cuales atacaban sin parar... Pero a mi no me ataco.

Pienso un poco y me levanto, voy a mi armario para vestirme. Tras buscar un poco saque todo lo que me pondría para salir, lo pongo en la cama y voy al baño a ducharme.

Si no encuentro respuestas aquí las encontraré afuera. - Hablo conmigo mismo para convencerme de que era una buena idea salir a ver que pasa, sin embargo aun estaba asustado, podría ser que simplemente me ignoro ese infectado, quizás esta vez no podría escapar.

No. - Sacudí la cabeza mientras siento cae el agua tibia de la regadera por mi piel. - Nada en Internet era seguro, debo comprobarlo por mi mismo.

Tras pasados unos minutos salgo del baño para vestirme, me seco mi cabello castaño con el secador.

Me preguntó si habrá alguna peluquería abierta, mi cabello esta algo largo, pienso mientras me veo al espejo, el cabello largo me daba un aspecto tierno y de niño a pesar de tener 25 años.

Después de secarme me pongo mis jens negros con rotos en la rodilla, me pongo una playera negra con una calavera y una sudadera encima.

Tras comprobar si tenía todo agarro una vieja daga que tenía guardada y la pongo en mi cintura.

Solo por si acaso pasa algo tendré con que defenderme. - Hablo para mi mientras me dirijo a la puerta nervioso y abro la puerta.

Aqui vamos. - Abro la puerta totalmente y pongo un pie afuera, parece que el oficinista zombie sea a ido.

Camino con cuidado y con algo de miedo por los pasillos, giro por la izquierda mientras miro para todos lados con mi mano en la daga. Con cuidado bajo las escaleras para no hacer tanto ruido, siento como mi corazón cabalga en mi pecho, me estoy arrepintiendo de esto.

Finalmente bajo al 2 piso, respiro ondo pero siento que algo choca con mi espalda por lo que me tenso inmediatamente y me quedo quieto, una mujer cruza por mi lado, por lo que pude ver le faltaba la mitad del cuero cabelludo y tenía las tripas por fuera.

U-Um? - Tímidamente me acerco a ella poniendome delante de su camino para ver si reacciona, la mujer no se detiene y choca conmigo sin fuerzas, a pesar de tener miedo pongo mi nariz pegada a la de ella y la miro fijamente, la mujer exhala moviendo su cabeza a la derecha mientras vuelve a caminar sin rumbo.

Será que lo que dijeron por Internet de que atacaban a las personas era mentira. - Concluyó rascandome la cabeza, mas tranquilo bajo las escaleras a paso rápido.

Tras salir por la puerta principal del edificio respiro el aire frio del invierno, pronto será mi cumpleaños.
Camino por la calle principal mientras me fijo en algunos autos volcados, algunas personas perecieron dentro de sus autos, no quiero acercarme sinceramente.

Tras unos minutos caminando veo a lo lejos que hay tres infectados golpeando una puerta de un auto. Me acerque un poco logrando distinguir a una chica adolescente abrazando a un chico de su misma edad mientras llora.
Por los golpes de los infectado el vidrio de las ventanas del auto se empezaron a desquebrajar.

¡Oye! - El chico de repente me grito y sali de mi trance conmocionado. - Por favor ¡Ayúdanos!

¿E-Eh? ¿Como lo hago? - Le digo asustado, mientras me acerco, pensé que no atacaban a las personas.

¡Tienes una daga, apuñala sus cabezas, rápido antes de que se den cuenta! - Respondió asustado por ver como se agrieta la venta del auto.

¿Apuñalar sus cabezas? Pienso confundido mientras me acerco con mi daga en mano.
Cierro los ojos apuñalando la cabeza del primero que tuve en frente, siento como el cuerpo cae al suelo con todo el peso, los otros dos parecen que ni siquiera me notaron siguiendo golpeando la puerta del auto.

Agarre mi daga apuñalando uno por uno lo mas rápido que pude al notar que habian roto las ventanas del auto.
Respire ondo para calmarme, el chico junto a la chica salieron acercándose a mi.

¡Muchas gracias! - Dijo la chica con lagrimas en los ojos, observando bien tenia un uniforme de secundaria.

Muchas gracias por ayudarnos, pensé que eras débil para pelear contra ellos? ¡pero pudiste hacerlo bien! - Se rio el chico mientras me daba la mano.

¿Gracias? - No se si me ofende o lo dice de buena manera. Tomo la mano del chico el cual también tiene uniforme de secundaria - Me llamo Adrian.

¡Es un gusto! - Es demasiado risueño el chico. - Me llamo Stevan y ella es mi hermana menor Alixia.

Un gusto. - La chica me dedico una sonrisa, se parece a alguien que conozco. - Deberíamos ir a otro lugar a presentarnos mejor.

¡Es verdad! ¿Por cierto andas solo? - me preguntó Stevan, no es que me caiga mal pero las personas muy risueñas no me gustan, parecen el sol.

Eh... Si ¿Porque? - Respondo mientras busco mi daga clavada en el cráneo del infectado.

Wow ¿Tan pequeño y puedes sobrevivir solo? - Sonaba preocupado pero a mi no me importo, no niego que me enoje un poco.

Escucha, no lo parezco pero... - Digo mientras pongo la daga en su mejilla.- Soy...

Me detengo en seco cuando escucho unos pasos y gruñidos.

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Continuará

¿Soy un zombie? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora