🌱- Chapter Two

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Cuatro meses antes de que todo eso sucediera, esa pareja estaba de lo más feliz, entregándose al deseo, a la pasión, amando sé en secreto.

Había pasado demasiado tiempo desde la última vez que pudieron estar así de juntos, de poder escuchar los gemidos de placer de su pareja, de poder sentir la piel correspondiente bajo su tacto, poder besarse con el deseo y el amor que brotaba de ellos.

Esos meses que no se pudieron tocar solo aumenta el deseo, las ganas de marcarse, de poder decir que se pertenecían mutuamente, pero lo último se lo tenían que guardar para ellos y sus amigos, por ahora solo iban a disfrutar sus cuerpos al máximo.

Y es que el mayor miraba fascinado el cuerpo que estaba encima de él, ese cuerpo que baja y subía para poder llegar a su anhelado orgasmo, podía observa como comenzaba a tener leves espasmos, su bebé, como sus mejillas se pintaban de un rojo más fuerte, como sus gemidos se comenzaban hacer más altos.

Y eso era algo fascinante, algo que únicamente él tenía derecho de ver y escuchar.

Sabiendo que su menor estaba próximo a correrse, fue cuando comenzó a subir de velocidad sus estocadas, volviendo las así más contundentes en el interior de su pequeño conejito, comenzando a sentir como el interior de su bebé se volvía más estrecho, más asfixiante y eso lo volvía loco.

—Tae me vengo— exclamó con un último gemido el azabache para caer rendido encima de su novio, mientras que él seguía golpeando su interior ya sensible.

Bastaron solo tres estocadas para poder sentir como su novio se corría dentro de él, eso había sido increíble de verdad que le hacía falta sentir a su mayor dentro de él.

El sueño y el cansancio comenzaron a hacer efecto, ya que los ojos del más chiquito se comenzaban a cerrar, pero él no quería eso, él se quería quedar despierto, para poder hablar con su novio, para poder ver su hermosa sonrisa, para poder hablar de un futuro juntos.

—Vamos conejito, duerme, sé que tienes sueño— dice el peli azul para acomodar mejor a su pareja en la cama, quedando así el pequeño abrazando su torso, mientras que él lo abrazaba por la cintura en la cual estaba dando pequeños masajes.
—No me quiero dormir Tata— dice el pequeño con un puchero, a lo que solo recibe un suave besito de su mayor

—Conejito, vamos a dormir tanto tú como yo estamos cansados, dormir sería lo mejor— dice mientras le hacía cariñitos en el pelo al más bajito.

—Pero— trata de objetar a lo que solo termina siendo regañado otra vez por su mayor

—Pero nada, ya he dicho a dormir— dice con autoridad para coger a su menor y abrazarlo, así comenzando hacer que el pequeño se durmiera, cuando ya sintió que su pequeño bebé está profundamente dormido, fue cuando él también se pudo aventurar al mundo de los sueños.

—Pero nada, ya he dicho a dormir— dice con autoridad para coger a su menor y abrazarlo, así comenzando hacer que el pequeño se durmiera, cuando ya sintió que su pequeño bebé está profundamente dormido, fue cuando él también se pudo aventurar al mu...

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Cuando comenzaba a anochecer fue cuando el peli azul se comenzó a despertar, poco a poco pudo ir quitando el cansancio de sus ojos.

Ya estando más despierto fue cuando dirigió su mirada al ser que ilumina y alegraba sus días, ese ser que amaba con todo su corazón.

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