VIAJE A OTRA DIMENSIÓN

CAPÍTULO UNO

Los alimentos de la alacena ya casi se terminaban, ya nada quedaba de los productos enlatados y las comidas instantaneas. Tenía que salir a comprar al supermercado, aunque no quisiera, eso sería un reto para él, ya que ahora no tenia los animos para salir de su cómoda casa vieja. Con un suspiro de agotamiento cerro las puertas de la alacena vacía, posó su vista hacia la sala, esta estaba completamente silencioso, ya no estaba Yoonbum.

Desde que tuvo ese accidente de fuego en la casa, recordaba perfectamente ese día, ese nefasto día, no podía sacar ese recuerdo de su cabeza. Aún recordaba como se quemaba la casa, todo el lugar ardia salvajemente, y él estaba en medio de todo eso, en sus pulmones se alojaba bastante humo, haciéndole toser desesperadamente. Sintió que podía morir en cualquier segundo, el humo le hacer arder los ojo, cada segundo su vista se volvía más borrosa, el mareo le empezaba a querer cerrar los ojos, sus pobres pulmones solo exigían poco de aire limpio. Cuando ya se estaba rindiendo al sueño eterno, observó al final de la puerta como entraba Bum gritando su nombre con total desespero, hasta creyó escuchar unos zollosos. Después de eso ya no pudo ver nada más, había caído en un profundo sueño. Un día por la mañana se levantó por el frío que logró sentir en sus pies, miró a su alrededor, estaba en una casa extraña, era una pequeña casa ecológica de madera, el cuarto estaba limpo, observó por la ventana, estaba nevando, a lo lejos se divisó un bosque lleno de arboles grandes cubiertos de la misma nieve.

Yoonbum le contó que escaparon de su propia casa, huyeron de la policia que se aproximaba para la investigación y los bomberos para apagar el incendio. Bum también no sabía a donde se dirigían, caminó y caminó con él en su espalda por la pista desértica, llegaron a una cabaña abandonada en buenas condiciones. 

Había hecho todo lo posible para manterse con vida y a él tambien. Por primera vez en su vida se sintió tan adeudado y agradecido al mismo tiempo, no obstante, el incendio le trajo una gran inseguridad; toda la parte de su mejilla quedó una gran macha marrón arrugada, el incendio no lo dejó que se fuera ileso, sintió que ya no merecía verlo a la cara, o siquiera darle una sonrisa. Temía que su feo rostro opacara la sonrisa de Bum y se escape lejos de él. 

Después de unos meses de reposo, Yoonbum desapareció de la casa, se marchó sin decir alguna palabra, para cuando una mañana se despertó y, llamó su nombre, nadie vino, solo el silencio reino en toda la cabaña, solo podia escuchar los cantos de las aves recién levantadas de sus nidos. Salió preocupado de su habitación, buscó por la cocina, pero no habia nadie, se dirigió a la pequeña y comoda sala y tampoco le vió ahí, ya mas intranquilo se encaminó hacia la puerta de salida. La mesita de tomar té al aire libre estaba con agua goteando, al igual que sus sillas. Ya había pasado la temporada de nieve, no obstante se dió cuenta de algo en la mesa, se acercó al pequeño papel que estaba entre una pequeña nieve a punto de convertirseen agua, lo sacó con cuidado y lo leyó lo que decía, era una nota de Bum, su animos cayeron como un baso de vidrio al leer la nota, su voz se le quebro, las lágrimas amenazaron con salir, su nota mencionaba su despedida

'' no puedo mirarte a la cara, hize que pasaras los peores momentos de tus días, te salvé del incedio sin saber si querías ser salvado, tus días en silencio me atormentaron cada noche haciendome pensar que todo es mi culpa, y es así, por mi culpa tienes esa cicatriz. Yo solo quiero que seas feliz siempre, y si eso implica no estar a tu lado, por mi está bien. Te dejo mi numero si algún dia dices lo contrario, yo estaré más que feliz con solo una llamada tuya. ''

Sus lagrimmas silenciosas salieron de su cómodo lugar, todas sus mejillas empezaron a empaparse del frío líquido.

Se quedó solo unos días en esa cabaña, después de recuperarse completamente salió, necesitaba regresar a su propia casa, aunque no quisisera, tenía solo ese lugar, si se quedaba unos días mas o para siempre en la cabaña, sería muy peligroso, no sabía quien era el dueño y cuan loco se pondria si descubre que estaba de intruso.
.
.
.