A mi madre bella y hermosa por siempre recordarme lo valiosa que soy.
Le doy gracias a Dios, la virgencita del Valle, mi familia y amigos, y a todas esas personas que han llegado a mi vida de diferentes formas, hacen de mis días algo fantástico.
A Marian Sanoja y Carolina Vivas, por darme la oportunidad tan inmensa de mostrar mis letras al mundo, nunca será suficiente un «gracias» para todo lo que les debo, las adoro.
A mis lectores, que sin importar cuantos sean siempre se toman un momento de su vida para leerme y hablarme para comentar lo lindo que escribo, no sería nada sin ustedes.
Por último a ti, Babe. Por siempre apoyarme y alentarme a arriesgarme cuando no tengo el valor, eres una de las amistades más lindas que he tenido. Te quiero.
¡Ah!, claro que no puede faltar toda mi familia lectora y mis bellas mariposas doradas. Son las mejores.
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Azul
Short StoryHay personas que cuando se van dejan un vacío irreparable en nosotros, pero hay otras que a pesar de que su ausencia nos pesa, son especiales e inolvidables. Les amamos tanto que deseamos que todos conozcan lo valiosos que fueron, que cada amigo, de...