RESIDENT EVIL Nightmare La Mansión

Capítulo 1

30/09/2021

Dragged you down below, down to the devil's show to be his guest forever.

El sonido del agua correr en el cubículo de atrás me sacó de la profunda concentración en la que estaba sumida. Parpadeé varias veces, despertando del ligero trance. Miré por el reflejo del espejo cómo Claire se colocaba el chaleco, haciéndolo mal, como siempre.

—Déjamelo a mí —dije, acercándome a ella—, eres un desastre.

Comencé a ajustar bien las correas, mientras ella se acomodaba la boina sobre su cabeza. Habiendo terminado, me quedé en silencio, manteniendo la tela entre mis dedos; debía decírselo de una vez.

—Claire.

—Dime.

Levanté la mirada, ella se observaba en el espejo. Apreté los labios, pues tenía una idea de cómo reaccionaría.

—Russell me pidió matrimonio.

Un silencio reinó en aquél vestidor, todo menos el agua de la regadera. La castaña me miró a los ojos, y así nos quedamos unos segundos... hasta que una enorme sonrisa apareció en sus labios.

—¡Alex! —me rodeó la espalda baja con sus brazos y me abrazó tan fuerte, que incluso sentí mis pies elevarse unos centímetros del suelo. Algo que no me esperaba tan pronto.

Sonreí por eso, el peso que sentía se había quitado de encima, y ella parecía ser una mujer distinta.

Cuando me bajó, puso sus manos sobre mis mejillas, apretándolas.

—¿Cuándo fue? ¡¿Cómo fue?! Debió ser algo muy especial tratándose de él.

Me soltó y giró a su locker mientras yo la miraba. Mi miedo era fundamentado, Claire estaba en una relación que no iba a ningún lado, además, había mostrado inseguridad el día que comencé mi relación con Russell, dijo que nos alejaría después de haber crecido juntas.

Pero entendía que yo amaba al que era mi prometido, se trataba de un hombre sin igual, alguien que me hacía feliz, y que me cuidaba; aunque, claro, mi amiga tenía un por qué para ese actuar.

Di un largo suspiro, notando cómo revolvía entre sus cosas. Me recargué en aquél frío metal, sacando el anillo que mi prometido me había dado, brillando enseguida que la luz lo tocó. Lo coloqué en mi dedo anular, sintiéndome realmente feliz y tranquila, una sensación que calentaba todo mi ser.

—¡Aquí está! —la suave voz de mi amiga me hizo mirarle en el momento justo que sacaba una pequeña caja blanca. La abrió, y adentro estaba una pulsera de hilo azul, unida por una argolla dorada.

Levanté la vista, al mismo tiempo que fruncía el ceño, no entendía de qué se trataba.

Claire sacó la pulsera y tomó mi mano. Hizo a un lado la parte baja del guante, colocándome aquella alhaja con mucho cuidado.

—Pensaba dártela el día de tu boda, pero después pensé: mejor cuando se comprometa, así recordará que sigue siendo mi amiga.

Noté cierta nostalgia en su voz, y eso me llenó de ternura.

—Eres un desastre —dije, y no dudé en pegar mi frente contra la de ella.

Lo mío con Claire era una amistad de toda la vida, porque, desde que tenía uso de razón, ella ya estaba conmigo. Y entendía perfectamente su inseguridad, era como terminar con ese lazo que nos unía desde pequeñas, pero creía que una amistad así era imposible de romper.