𝓛𝓪𝓼 𝓮𝓼𝓬𝓸𝓷𝓭𝓲𝓭𝓪𝓼

713 96 10
                                    

–¡Chicos! Les presento a Tzuyu, mi mejor amiga–Jihyo sostenía por los hombros a la (no tan pequeña ya) Tzuyu.

–H-Hola–

–Hey, Tzuyu. Jihyo nos ha hablado mucho de ti– Habló el que parecía ser el mayor de todos.

–¿De verdad tienes siete años? Eres muy grande–Una castaña con dientes de conejo la miraba con asombro de pies a cabeza.

–Sí, si tiene esa edad, así que espero que sean amables con ella-Todo el grupo asintió. –Okay, te los presentaré. Ellos son Jackson- Señaló al mayor que había hablado antes–Nayeon– Le siguió la chica de dientes de conejo– Jeongyeon y por ultimo el es Christopher... Pero prefiere que lo llamen Bang Chan–

–Chou Tzuyu–Habló bajito.

–¡Bien! Ya que estamos todos ¿Por qué no jugamos a las escondidas?– Sugirió Jeongyeon.

–Claro, pero... Jugaremos con las luces apagadas, así será más divertido–

–¡Yo comienzo!–Bang Chan dijo emocionado.

Apagaron todas las luces y esperaron a que el australiano comenzara a contar. Tzuyu inconscientemente comenzó a seguir a tientas a Jihyo por toda la casa, buscando donde ocultarse.

–Chewy ¿Por qué me sigues?–Susurró la mayor.

–No sé donde esconderme–

Jihyo enternecida por la taiwanesa la tomó de la mano.

–Ven, creo que se donde nos podemos esconder–

La llevo hasta un pequeño cuarto bajo las escaleras, apenas lograban entrar las dos ahí, pero se las arreglaron para entrar y estar en silencio antes de que comenzaran a buscarlas.

Pasaron unos cuantos minutos y no las encontraban.

–J-Jihyo– Un susurro salió de la boca de Tzuyu.

–¿Hmm?–

–¿No deberíamos salir ya?–

–...Sí, pero no recuerdo como abrir la puerta–

–¿Qué?–

–Bueno... es que, no veo absolutamente nada. Está demasiado oscuro–

–Oh–

–Déjame, encontraré la manera de abrirla–

Jihyo comenzó a moverse, buscando el como abrir la puerta, había estado en casa de Nayeon antes muchas veces, así que estaba segura de que por algún lado había una cuerdita para abrirla. La taiwanesa se vio incomoda pues el espacio muy reducido la obligó a contorsionar sus largas piernas para darle espacio a Jihyo.

–Jihyo, date prisa... mis piernas–

–Hago lo que puedo– La mayor estiró su cuerpo incomodando aún más a Tzuyu, quien golpeó una de las paredes provocando que unos tarros vacíos cayeran de un estante a la cabeza de Jihyo.

–¡Auch!–

La menor lo intentó, pero la carcajada que salió de su boca fue demasiado fuerte como para ser evitada.

–¡No te rías, si que dolió!– La coreana se quejaba mientras sobaba la zona golpeada.

Segundos después la puerta se abrió, descubriendo al australiano.

–¡Las encontré! Gané–

Tzuyu salió primero, estirando sus adoloridas piernas, para luego ofrecerle la mano a Jihyo y ayudarla a salir.

–Mira el lado bueno... Con ese golpe lograste abrir la puerta–Rio de nuevo la menor.

–No seas tonta, Chewy–

Jihyo sonrió, al fin estaba logrando que la taiwanesa riera más seguido. 

𝓛𝓸 𝓺𝓾𝓮 𝓷𝓸 𝓿𝓮𝓼...  •ᴊɪᴛᴢᴜ•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora