México, D.F/Tlatelolco
02.10.1968
19:30 p.m.
Taehyung estaba desesperado, no, más que eso. La ansiedad, la incertidumbre y el miedo parecían haber cobrado vida con el único propósito de hacerlo sufrir. Y vaya que lo estaban logrando; no sabía cómo actuar, llevaba un buen rato pensando en lo que deberían hacer para poder sobrevivir a esa matanza que parecía no tener fin.
Y para acabarla de amolar, todas las ideas que pasaban por su cabeza tenían un mismo resultado: ambos muertos sobre el piso de cemento de la Plaza de las Tres Culturas. Dichos pensamientos no lo dejaban siquiera tratar de tranquilizarse.
Se sentía de la mierda.
El azabache por su parte, no estaba para nada diferente del castaño, inclusive se podría decir que se encontraba peor, pues acababa de salir de un ataque de pánico y no era nada novedoso que después de este le dieran secuelas, por ejemplo en esta situación en particular, Jungkook no dejaba de temblar y de repetir constantemente la oración: "nos van a matar".
Taehyung, en uno de sus múltiples e inútiles intentos para calmarlo y —principalmente— callarlo, optó por abrazarlo, ocultando la cabeza del contrario en la curvatura del cuello propio y colocando sus manos sobre la espalda de Jeon tratando de consolarlo de alguna manera, si es que eso era posible.
—Shh, todo estará bien—vaya mentiroso—. Estaremos bien.
La mentira más grande del mundo resbaló por sus labios cómo si de agua se tratase, logrando así, salpicar de esperanza a Jungkook, quien después de unos minutos, en los que logró tranquilizarse, terminó por separarse de Taehyung para poder mirarlo a sus bonitos ojos color miel.
—¿En serio todo estará bien? —los ojitos del azabache brillaban con temor, ya se imaginaba cuál era la respuesta.
El castaño se mentó la madre internamente.
Solo tenía dos opciones, decirle una mentira dónde se pintaría de superhéroe o salvador o, la opción más sensata, decirle la cruel y triste verdad. El problema era que no quería ser el causante de otro ataque de pánico protagonizado por Jungkook, pues temía que fuera aún más complicado sacarlo de su trance.
Abrió la boca para hablar, pero un fuerte estruendo acompañado de unos escalofriantes gritos lo interrumpió, ambos muchachos pegaron un brinco por el susto. El azabache tenía la mirada perdida, parecía estar concentrándose en algo en específico.
—Jungkook ¿Qué...? —el susodicho hizo una seña para que se callara; señaló su oreja y luego el techo. Taehyung agudizó el oído para poder escuchar lo que el más bajo.
Poc, poc, poc, poc.
Pisadas.
Alguien corría en el piso de arriba, lo que quería decir que las personas armadas ya estaban en el tercer piso, ellos se encontraban en el segundo y eso solo podía significar una cosa: no tardarían en ingresar al departamento y encontrarles. Taehyung miró a su alrededor entrando en pánico, estaban dentro de una pequeña regadera dónde apenas y cabían, se negaba a abrir la cortina de la misma tenía miedo de hacer algún ruido que pudiera alertar a los matones, a pesar de no estar dentro del departamento.
La mirada del castaño se posó sobre una pequeña ventana en la parte superior de la pared izquierda, su corazón comenzó a latir desenfrenado y una pequeña chispa de esperanza despertó en su pecho, animándolo a levantarse con cuidado y caminar hasta la ventana, en tanto Jungkook lo miraba con confusión.
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liberty bomb › taekook
Fanfiction𝘁𝗮𝗲𝗸𝗼𝗼𝗸 ❝ somos la puta bomba de libertad ❞ parejas★ tae¡!koo jin¡!yoonie tw★ lgbtiqfobia, xenofobia, muerte, depresión y represión. importante★ mención a la matanza de tlatelolco, el halconazo y al festival de avándaro. me doy mis licencias...