31 de agosto
Querido diario,
Hace casi un mes que no escribo por aquí, pero es que no me había pasado nada digno de contar hasta ahora.Hoy, por primera vez en mi vida besé a un chico, y lo peor de todo es que no tengo la más mínima idea de quién era.
Mis amigas y yo decidimos ir juntas a la fiesta de Sant Rosette, la patrona de las rosas inglesas. Casi todo el pueblo estaba allí, disfrutando de las atracciones, la fogata y los algodones de azúcar. Pero yo solo fui por una razón: Jake. El chico que de únicamente escribir su nombre me ponía nerviosa. Es cuatro años mayor que yo, tiene 18, cabello rubio y ojos cafés. Es tan alto como su compañero de equipo de fútbol Joan Roth, el hermano de mi amiga Jess.
Hablamos por primera vez hace 3 semanas atrás, un día que fui a ver una película a casa de los Roth's y él estaba allí, construyendo una mesa de ping pong con su amigo. Los chicos no tardaron en embullarse a unirse a nosotras y hacernos compañía. Al final terminamos los cuatro jugando al bridge* y fue de las tardes más divertidas que he pasado en mi vida.
Creía que yo le gustaba también, porque me sonreía todo el tiempo y no dejaba de contarme chistes malos. Lo sé, son tonterías mías. La cuestión es que esta noche, justo antes de que prendieran la fogata, me entregó una nota que decía que me esperaría al lado de la última rampa del parque, la que es conocida por ser el sitio perfecto para los que no quieren ser vistos o por cometer apasionantes locuras. Firmada con una J que interpreté como Jake.
Fui a su encuentro y la oscuridad se convirtió en mi aliada. Estaba muy emocionada, me sentía tan feliz solo de pensar que Jake quería que estuviéramos solos, que no me pude contener cuando vi una silueta muy parecida a la suya. Me lancé a sus brazos, y me puse de puntillas para alcanzar su rostro. Siempre he sido una persona muy atrevida y mi madre no deja de aconsejarme de que tengo que pensar antes de actuar, pero para cuando recordé sus palabras ya era tarde.
Quién quiera que fuera ese chico al que besé estaba sumamente sorprendido, tanto que tardó unos segundos en corresponderme el beso. Pero cuando lo hizo, oh, puede que las descripciones no sean suficientes para explicar lo que sentí. Era una sensación totalmente desconocida, como si estuviera hecha de partículas eléctricas y estuvieran entrando en corto circuito dentro de mí. Sus manos se posaron en mis caderas con suavidad, solo para indicarme que no me detuviera, que al igual que yo él estaba comenzando a descubrir un nuevo universo. Fue tierno, suave y enloquecedor. Sabía a caramelo y a fresas, y tenía un ligero aroma a limón.
«Me gustas, me gustas mucho.», logró decir entre gemidos aún besando mis labios, ahogado, con voz ronca y casi inentendible.
Yo estaba totalmente drogada de pasión, de tal forma que demoré en responder. No podía detenerme, o no quería detenerme, no estaba segura cual de las dos razones era.
«Tú también me gustas, Jake.», lo sentí tensarse y en ese mismo instante escuché a Penny llamarme. La fogata ya estaba prendida.
«Nos vemos luego.», me despedí, y soy tan tonta que me imaginé su cara sonriente a pesar de no poder verla.
Salí de la grada acariciando mis labios con mis dedos y recordando los últimos minutos que había vivido. La sonrisita nerviosa y el temblor de mis manos vuelven de solo pensarlo. Pero lo más impactante fue cuando vi a Jake sentado al lado de Mandy, una chica de su clase, y a juzgar por sus gestos llevaban rato en una conversación. Además de que no tenía tiempo de haber regresado, por lo tanto era imposible que él, a menos de que tuviera super poderes, estuviera en dos sitios a la vez.
Entré en pánico al instante, ¿Quién era aquel chico? Y ¿por qué Jake me entregó su nota? Traté de pensar con más calma y me reuní nuevamente con mis amigas para contarle de mi descabellada aventura. Sus carcajadas no ayudaron. Y mucho menos sus comentarios.
«Eso cuenta como una cita a ciegas ¿no?», preguntó April secándose las lágrimas de tanto reír.
«Un primer beso a la altura de Rose.», Penny se sujetaba el abdomen con fuerza, por un momento creí que le explotaría.
«¿Por qué no le preguntas a Jake quién es el chico misterioso?», Jess fue la única que se tomó en serio mi preocupación. Pero le dije que no. Eso me humillaría más ya que declararía haber pensado que lo estaba besando él. Prefiero averiguarlo por mi cuenta, aunque me costará mucho, porque los nombres con J son los que más abundan en este pueblo.
¿Te cuento un secreto? «Ni que me fueras a contestar jaja»
No me arrepiento de nada. Si quiero saber quién era ese chico no es solo por curiosidad, sino porque ha captado mi atención, y no estaría mal repetir ese beso. «¡Dios, me sonrojo solo de pensarlo!»
Te tengo que dejar, mis hermanas están a punto de llegar y no quiero que descubran donde te escondo. Hasta luego.Rose.
Nota:
*bridge: juego de cartas muy famoso en Inglaterra, para muchos es juego más difícil del mundo. En España y otros países de habla hispana se conoce como brizca.
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Una boda de mentira
RomanceRose Harriet Miller nunca creyó que su libro, aquel que terminó de escribir en su nativo pueblo Glash Village alcanzara tanta popularidad en el Reino Unido, al punto que logró cruzar los mares. Había sido invitada para una presentación oficial de su...