Son las 7:30 am, y aún así no hemos podido elegir un sitio lo suficientemente cerca como para ver el desfile en primera fila. Nos tenemos que conformar con un rinconcito pequeño en la 6th Avenida. Las calles están totalmente despejadas a la espera del gran acontecimiento. La temperatura ha bajado deliberadamente estos últimos días y hace un frío enloquecedor. Con un gorro, unos guantes y un abrigo gigante me protejo de morir congelada. «Que exagerada soy, con lo que me gusta esta estación del año.»
Espero que nieve, eso cerraría con broche de oro la alegría que siento. Joan está a mi lado cargando a Alessia en sus hombros para que la pequeña tenga la mejor de las vistas. ¡Que suerte que tiene! Medir dos metros tiene sus ventajas y en estos momentos es donde nos damos cuenta. Estoy temblando de los nervios, estar aquí a la espera de los globos alegóricos es un sueño hecho realidad.
El vaho se escapa de mis labios dibujando figuras en el aire, y me entretengo imaginándome en ellas, entre las siluetas de lo que es el amor. Ojalá pudiera detener el tiempo, y guardar para siempre los latidos de mi corazón una vez que veo mi reflejo en los ojos de Joan que no deja de mirarme con una sonrisa en sus labios. Me acurruco a su lado como si fuera la primera vez, es un día para recordar y eso bien él lo sabe. Nuestra primera Acción de Gracias juntos, y espero que no sea la última.
Solo hay que escuchar dos palabras: New York, y las tres primeras cosas que te vienen a la cabeza son la estatua de la libertad, el desfile de Macy's y los despampanares edificios. Esta ciudad tiene vida propia y eso se nota. La música de las bandas; las marchas de los porristas, las sonrisas de los payasos, las carrozas gigantes y el cantar de los ángeles del coro me parecen de película. Me siento como si fuera una niña pequeña, y la emoción es tan grande que se me eriza la piel cada que escucho el "Happy Thanksgiving"* de boca de algún desconocido y no dudo en corresponderlo. La fiesta inaugura la época navideña, y no puede recibirse con mayor ilusión. Todos sabemos que en navidad cosas mágicas pueden suceder, y que es el momento ideal para pedir deseos.
Volvemos a casa con la imagen de un Snoopy gigante en nuestras mentes y con la risa de Alessia resonado en nuestros oídos. Kelly y Ryan no lograron nunca encontrarnos, llegaron tan tarde que alcanzaron el desfile casi al terminar en la Herald Square. Pero lo bueno es que por lo menos pasaron la mañana juntos. Al final terminamos invitándolos para cenar en casa mañana Black Friday* cuando vendrán Hellen y Hugo, que pasaron a buscar a Alessia dos horas antes que de partiéramos para la casa del señor Hunt. Espero que la cena de mañana sea menos incómoda que la última vez.
—¿Ya estás lista? —Me pregunta Joan por tercera vez. Falta menos de una hora para el encuentro en casa de los Hunt's y está más que nervioso.
—No. Aún me faltan algunos retoques. Todo va salir bien, tienes que relajarte. —Trato de calmarlo, pero parece una tarea imposible.
—¿Cómo se ponía esta cosa? —Tira de su corbata color marrón y la enreda por todos lados. —¿Me ayudas? —Se acerca a mí con cara de espanto y suelto una carcajada.
—¿Qué te hace pensar que yo sé hacer nudos de corbatas?
—En las películas las chicas siempre saben. —Se encoge de hombros. —Creí que tú...
—Pues has sido engañando por las películas. —Niego con la cabeza y trato de delinearme correctamente los ojos reprimiendo una sonrisa.
—¿Debería dar algún discurso si me ascienden? —Se sienta en la cama moviendo uno de sus pies de un lado a otro.
—Sí, di algo como gracias a mis padres, a mi esposa, a mi hija, a mis amigos, a todas aquellas personas que creyeron en mí, sin ustedes no hubiera logrado alcanzar mis sueños. Luego besas el Oscar y te bajas del escenario. —Bromeo y logro que se ría a carcajadas. Se ve tan guapo con su smoking que tengo que concentrarme a regaña dientes en mi tarea para no distraerme con otros pensamientos.
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Una boda de mentira
RomansaRose Harriet Miller nunca creyó que su libro, aquel que terminó de escribir en su nativo pueblo Glash Village alcanzara tanta popularidad en el Reino Unido, al punto que logró cruzar los mares. Había sido invitada para una presentación oficial de su...