CAPITULO 39

707 62 1
                                    



Mario lo miraba aterrado ¿Él casarse? pero si era muy joven aun para dar ese paso, siempre había defendido su soltería claro que se suponía que eso tenía que pasar tarde o temprano, pero aun era muy pronto para ello. No, no ni loco se casaría, bueno por el momento

MC: ¿Porque me dice eso?
A: Es lo más normal, que cuando uno se enamora quiera dar un paso más
MC: Si, pero aun es muy pronto para ello además estamos recién comenzando
A: No si en eso tiene razón pero ¿Algún día lo dará? (entrecerrando los ojos)
MC: Pues yo creo que en unos cinco años más
A: ¿O sea que estará de novio eterno? ¿No ha pensado que de pronto aparezca alguien que se la conquiste?
MC: ¿Como así?
A: Pues fácil hombre, ella es un mujer muy bella y llama la atención del género masculino
MC: ¿No me diga que usted me la ha estado mirando?
A: Que cosas dice, para que la voy a mirar yo sí, con mi Betty estoy muy bien
MC: Como dice que me la miran
A: Si hombre, pero no yo hay muchos hombres que desearían que ella les diera una oportunidad
MC: Pero ella me ama a mí
A: Yo no digo lo contrario, pero se puede cansar de esperarlo, toda mujer desea casarse, formar su propia familia y tener hijos y si usted no está dispuesto a ello pues será mejor que la deje
MC: Pero es que soy muy joven aun para casarme
A. Mario va a cumplir treinta y cinco años ¿No cree que ya es hora?
MC: No sé, no sé por lo menos me gustaría estar algún tiempo de novios
A: Sí, pero yo le digo que no se demore tanto a lo mejor se le puede cansar
MC: Bueno lo pensaré y ahora quiero que hablemos de la franquicia...

Así pasaron una hora coordinando el tema de las franquicias, Armando lo miraba de reojo y lo veía ya casado y con hijos aunque él digiera lo contrario

El tiempo fue pasando y los preparativos de la boda cada vez se notaban más, Betty había hablado con el párroco de su barrio ya que allí quería celebrar la boda para sentirse más cerca de sus padres ya que a ellos siempre les había hecho ilusión que ella se casara allí.

Doña Margarita estaba abocada a la lista de invitados que por ser Armando un empresario muy reconocido tenía muchos compromisos con algunos clientes y demás. Cata estaba encargada de la decoración y del buffet que se daría en el club así, que habían contratado un catering que les ofrecía muchas alternativas, la iglesia seria decorada con muchas flores blancas ya que representaban según Armando la pureza e inocencia de Betty

El vestido estaba a cargo de Hugo ya que había hecho las paces con ella y estaba encantado con la idea de hacerle el vestido de novia a la primera dama de Ecomoda como él decía, además se encargaba de todo su ajuar el que estrenaría en su luna de miel.

Betty se las pasaba en el taller probándose el vestido que cada vez tenian que hacerle un arreglo ya que ella debido al embarazo había subido un poco de peso, este era de un color blanco marfil que dejaba la espalda al descubierto y los hombros, lo acompañaba con un chal color blanco, los zapatos serian de medio tacón del mismo tono del vestido, su cabello lo llevaría en un moño francés y como únicas joyas su anillo de pedida, unas perlas blancas que habían sido de su madre y una pulsera de pequeños brillantes de color azul, como algo prestado llevaría un prendedor de plata que pertenecía a su suegra, el ramo era de rosas blancas

Ya estaba todo listo la iglesia galantemente vestida y el novio que la esperaba en el altar, vestido con un chaqué negro, su impoluta camisa blanca y una corbata color plata, se paseaba nervioso, ya que ella llegaría en el carro de sus papás acompañada por Nicolás que la entregaría representando a Don Hermes ella saldría de la casa de sus papás ya que allí había soñado por mucho tiempo que se casaba con su gran amor que no era otro que su Armando y él la extraño toda la noche, cada vez que se giraba en la cama y no encontrarla lo hacía desvelarse

OLVIDAR TU ENGAÑODonde viven las historias. Descúbrelo ahora