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-Por favor, acariciame- le rogó el rubio, quien posó la mano del mayor en su pecho.

Enseguida el de pelo largo atacó la boca ajena, acostando poco a poco al rubio, quien se agarraba al cuello del mayor y este paseaba sus manos por todo el cuerpo, haciéndolo estremecer y suspirar.

-Baji, hazlo- Y eso fue necesario para prender al de ojos cafés, quien no dudo y lo beso con mucha pasión y deseo, mientras el rubio sacaba poco a poco el saco del muchacho ajeno.

Baji esta ansioso, mejor dicho nervioso, porque jamás en su santa vida se había acostado con un hombre, tal vez si con algunas mujeres, pero no con alguien de su mismo sexo, aquel joven de ojos celestes como el cielo lo volvía loco y le llamó demasiado la atención, que en este momento ellos se están tragando a besos, húmedos, calientes, dulces y largos.

Ambos se despojaron de sus prendas quedando desnudos, en ese rato el frío se les había ido, ahora estaban encerrados en esa cabina en la que ambos morían de calor por aquel momento íntimo.

-Chifuyu- susurró en el oído ajeno, recibiendo un jadeo del contrario -Debo prepárarte-

El más joven lo quedó mirando con dudas, el era muy virgen no sabía que hacer.

-Tú solo disfrutalo- habló cerca de los labios contrarios y al final sellandolo con un dulce beso.

El más alto introdujo un dedo mientras besaba al rubio, este soltó un quejido en medio del beso, separandolo abruptamente.

-B-baji-

-Shh, no te preocupes, te sentirás mejor- metía y sacaba su dedo, haciendo poco a poco sentir mejor al muchacho contrario.

El que recibía el placer agarraba el cabello contrario, mientras suspiraba y se agitaba.

Luego metió otro dedo, haciendo estremecer más al rubio pequeño, pero después de un rato empezó a sentir placer y movía sus caderas en busca de más, el mayor entendío que ya estaba ready, listo para todo.

-Bien, gatito te haré sentir mejor- susurró en su oído para darle un pequeño besito.

-R-rápido- su pecho subía y bajaba de lo excitado que estaba.

El de pelo largo, agarro su libido ya erecto, di unas bombeadas en él, y puso la punta en el agujero del contrario.

Daba respiraciones profundas y largas.

-D-despacio K-keisuke- y le agarró del cuello para plantearle un beso.

Mientras el pelinegro penetraba de a poco al de ojos cielo, que de aquellos dos diamantes brotaban pequeñas lágrimas.

-Espe-espera ahí B-baji- puso su mano en la parte baja del nombrado.

-Te esperare el tiempo que quieras- se acercó a su rostro dando besitos en los ojos y labios.

El contrario estaba muy excitado, sus lágrimas ya no eran de dolor; si no de placer, pidiendo más al contrario.

-Mmmhh m-más po-por favor-

El acató las ordenes de su rey y atinó al punto dulce del muchacho quien gritaba por más.

-Mmmm m-me corro, Kei- y este se mansturbaba mientras recibía placer.

Titanic TRDonde viven las historias. Descúbrelo ahora