Capítulo 12

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«Your words are like a gun shot
I'm bleeding love
They hit me like a gun shot
I'm bleeding love
[…]
No more oh oh oh...»
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–¿Erin, estás escuchándome?– agito la cabeza y enfoco la mirada en sus ojos azules, que en esta ocasión parecen más bien verdes.

–Eh, lo siento, ¿qué dijiste?

–Invité a salir a Kamila.

Ah, eso…

–Oh, ¡qué bueno!– forzo una sonrisa –. Ya te estabas tardando– siento un nudo en la garganta, carraspeo –. ¿Y qué te dijo?– mis ojos pican.

No llores, no llores, no llores, no llores, no llores…

–Me sonrió bien lindo– sus ojos brillan –, y me dijo que lo pensaría– se encoge de hombros –. Al menos no dijo que no, ¿verdad?

–Claro, no todo está perdido, ya verás que acepta.– siento mi corazón rompiéndose pedazo a pedazo.

–Eso espero… ella de verdad me gusta, ¿sabes?– cierra los ojos y suspira ilusionado, sin saber el daño que sus palabras me causan.

–Eso noto.– me esfuerzo en decir sin demostrar lo quebrada de mi voz.

–Pues yo te aviso, ¿sí?– asiento frenéticamente –. Nos vemos, Erin.

Me alejo del auto para luego verlo alejarse de mí hasta desaparecer.

Ni bien me encuentro sola, suelto el primer sollozo.

–No conozco persona más masoquista que tú, Erin.– dicen a mis espaldas, muerdo mi labio inferior dejando que las lágrimas caigan.

–No…

–Calla y ven aquí, tarada– no lo pienso dos veces cuando volteo y me refugio en sus brazos con el alma por el suelo –. ¿Quieres entrar?– asiento.

Robin me conduce hasta el interior de su casa sin soltarme, mientras yo uso su camiseta como un pañuelo y su abrazo como un escudo.

Nos dirige hasta el sofá y me deja caer allí.

–Están tocando el timbre, espérame un segundo.– asiento y lo noto ir a toda prisa hasta la puerta de entrada.

Lo siguiente que sucede es que soy lanzada hasta quedar acostada en el sofá con un cuerpo sobre el mío.

–Te ví desde el autobús.– susurra contra mi oído, y es todo lo que necesito para largarme a llorar desconsoladamente mientras la abrazo.

Pierdo la noción del tiempo al tener la cabeza escondida en el cuello de Tori y sentir cómo mi amiga acaricia mi cabello. Ninguno de los dos dice nada, por lo que me es más fácil tranquilizarme.

Ya es como la tercera vez que lloro hoy…

–¿Mejor?– me alejo de ella y asiento.

–¿Puedo ir a tu baño?– le pregunto a Robin sin mirarlo.

–No lo sé, ¿puedes?– levanto la mirada y lo encuentro con el ceño fruncido –. Anda, vé.

Me levanto sin ánimo alguno y me encamino hasta la puerta de madera al final del pasillo, encerrándome en el cuarto del baño.

Evito mirarme al espejo, solo abro la canilla y mojo mi rostro con el agua fría que de ella sale.

Él la invitó a salir… Lo sabía, Breaden estaba equivocado, Corbyn solo me ve como una amiga, incluso hasta como otra hermana.

Un (Maldito) Favor [CB]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora