Fin de semana con los Min

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A los quince días después de que el padre de Jimin se recuperará por completo, los dos Park estaban listos para ir a pasar el fin de semana con la familia Min. En la casa Park, Jimin venía bajando las escaleras con una pequeña maleta dónde iba ropa suya y de su padre.

Park Jungwoo se sostenia de un bastón para poder caminar sin dificultades.

—¿Seguro que ya no te duele la operación, papá? —preguntó Jimin. Su padre se había recuperado de la operación, pero aún necesitaba el bastón para mejor equilibrio.

—Estoy bien, hijo, de verdad quiero ir. Necesito conocer a la familia Min, con suerte en unos años tendré que convivir más con ellos cuando tú y Yoongi se casen.

—¡Papá! Ya hablamos de eso… aún estoy pequeño.

—Ajá, muy pequeño… por cierto, encontré una caja de condones en tu habitación.

—¡Papá! —gritó Jimin nuevamente. Tanto Jimin como su padre no pudieron evitar reír.

Salieron de la casa cerrando con llave la puerta. Una vez fuera, se dieron cuenta que los Min ya estaban listos también.
Yoongi estaba frente a su casa, y vio cuando Jimin salió de la suya. Fue hasta él rodeando la división de ambas casas y entró a su patio. Había visto a Jimin la noche anterior, y aún así lo había extrañado un montón.

Cuando Yoongi estuvo dentro del patio, Jimin corrió hacia él.

—¿Estás listo para un gran fin de semana? Serán los mejores días tu vida —dijo Jimin mientras tomaba la mano de Yoongi y la entrelazaba con la suya.

Yoongi sonrió y acarició la mejilla de su novio.

—Todos los días de mi vida son mejores si estás a mi lado —respondió. Se inclinó un poco y dejó un beso casto en los labios esponjosos de Jimin.

—¡En público no! —gritó Jin, desde la casa de Yoongi, dónde se encontraba tomado de la mano de Namjoon.

—¡Nadie te dice nada a ti cuando besas a mi hermano! —replicó Yoongi, obligando a Jin a cerrar la boca.

—Bueno, vámonos, no queremos perder mucho tiempo —dijo el padre de Jimin tocando gentilmente el hombro de su hijo.

—Por supuesto señor Park, vámonos —dijo Yoongi.

Salieron de su casa, tanto los Min como los Park. Una vez juntos todos en la carretera, la señora Min hizo una seña a la camioneta blanca que estaba estacionada al otro lado de la calle.

—Bueno, como está vez iremos muchos, pensé que sería mejor alquilar una de estas, será mucho más cómodo que el tren  —explicó la señora.

Todos estuvieron encantados con la idea, sería aún más rápido llegar.

La camioneta blanca era muy grande y espaciosa. Tenía tres asientos en línea horizontal, así que en el primer asiento subió el señor Min (en el lugar del conductor), después la señora Min al lado de su esposo y finalmente el señor Park del lado de la otra ventana. Ese lugar era perfecto porque tenía mucho que no salía de su casa y le fascinó ir todo el camino mirando por la ventana el exterior, admirando como un niño pequeño las casas y árboles que pasaban, sintiéndose libre.

En el segundo asiento iba Jin y Namjoon, ellos aprovecharon el viaje para dormir. Jin estaba recargado en el hombro de Namjoon y Namjoon a su vez recargado en la cabeza de Jin. Sus manos aún iban entrelazadas en el regazo de Jin.

El tercer asiento fue ocupado por Yoongi y Jimin. Jimin se había acostado en el asiento, recostando su cabeza en el regazo de Yoongi, mientras, su novio le iba acariciando el cabello al tiempo que platicaban.

—El profesor Cho me puso en 9 en la prueba de literatura, no lo entiendo, siempre saque 10 en esa materia —contaba Jimin a su novio, el cual escuchaba todo como si fuera la historia más interesante del mundo.

—¿Te equivocaste en alguna pregunta?

—¡No lo se! No nos devolvió los exámenes calificados, pero estoy seguro que todas mis respuestas estaban bien. Solo… bueno puede que haya una que no estoy tan seguro.

—¿Cuál era?

—El libro más vendido del mundo.

—Ay dios mío, no me digas tu respuesta.

—Harry Potter y la piedra filosofal.

Yoongi dejó escapar una carcajada sonora que solo hizo a su novio fruncir el seño. ¿De verdad se había equivocado?

—Es el primer libro de la saga más vendida en el último siglo, definitivamente debe ser el más vendido. Tiene de todo, magia, amor, drama, guerra… ¿Cuál otro podría ser?

—La biblia —contestó Yoongi con gentileza.

El seño de Jimin se frunció toda vez más y se sentó de inmediato. Miro con incredulidad a Yoongi.

—¿Me estás diciendo que la biblia es más vendida que Harry Potter? —preguntó sin poder creerlo.

—Asi es, mi amor.

Jimin estuvo unos segundos meditando aquello que su novio le acaba de decir. Al final, pareció no poder encontrar una explicación coherente para eso y volvió a recostarse en el asiento, volviendo a su posiciones inicial con la cabeza apoyada en el regazo de Yoongi.

—El mundo es raro —comentó Jimin. Yoongi solo pudo reírse.

—Lo es, amor, vaya que lo es.

Después de unas horas de viaje, llegaron a la casa de los tíos de Yoongi. Estaba igual al día que Jimin había ido, nada había cambiado. Todos bajaron del auto muy emocionados y se toparon con los señores Cha esperándolos fuera de la casa.
Los señores Cha saludaron a los señores Min, y después a Namjoon. Estaban emocionados de verlo porque la última vez no había ido.

—¡Mi pequeño Koala! Estás más grande que la última vez —dijo su tía alegremente.

Esto, es tan cliché: EspecialesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora