Pansy Parkinson nunca imagino que viviría en el mundo muggle pero después de la guerra las cosas para la familia Parkinson habían ido en picada; estaban quebrados y no tenían un heredero barón que siguiera con el linaje solo Pansy y para ellos no era mucho así que no se opusieron cuando la chica terminó el colegio y decidió salirse de casa.
Su último año en Hogwarts había sido un asco, sabia que su comentario de entregar a Potter había sido una mala idea pero su boca fue más rápida que su mente y tuvo que soltarlo estaba desesperada y no quería morir y eso género que se ganara el odió de todo Hogwarts.
Nunca había destacado en nada ni en clase,ni en baile, no era la mejor jovencita de sociedad, para lo único que se consideraba mejor que los demás era para la música y en el colegio no existía esa materia.
Y hablando de relaciones su único novio formal había sido Draco Malfoy pero su relación no había pasado de uno que otro manoseó, luego estaba Blaise Zabine pero esa relación no tenía ni pies ni cabeza y en el mundo no mágico había tenido algo casual con gente muggle, lo más seguro es que sus antepasados se estarían revolcando en sus tumbas al saber que perdió su virginidad con alguien no mágico y había salido con chicas.
- El maldito bastardo lo consiguió - había adquirido el mal hábito de hablar sola - El y Granger - arrojó la carta al piso.
Antes de que llegara la carta de su mejor amigo había estado pensando en todo lo que dejó atrás extrañaba a sus amigos pero estaba mejor aquí.
- Se me hace tarde - tomo sus cosas y salió del departamento.
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Había llegado tarde a sus clases de musica, la chica traía las mejillas coloradas y su cabello corto alborotado en San Petersburgo había bajado la temperatura considerablemente.
Abrió la puerta con el mejor sigilo y sabía que nadie le prestaría atención porque el estaba tocando el piano; tenía que reconocer el chico era bueno; mejor dicho era mejor que ella y nadie en todos estos años que llevaba estudiando ahí había sido mejor que ella solo ese imbécil, que era una combinación bizarra de Potter y Weasley; cabello negro tan despeinado como el niño que vivo y ojos azules como el pobretón.
Todavía recuerda el primer día que lo conoció entro a tocar al restaurante donde Pansy trabajaba de mesera y desde ese día la chica supo que le traería problemas.
La música terminó y el chico levantó la mirada y sonrió en dirección de la bruja.
Pansy suspiro que más da si sus amigos aceptaban la relación de Granger y Draco que importa si ella le acepta un café a ese chico que es mejor que ella en lo que más ama la música.
