Hermione no dejaba de mover su pierna, el ruido de los instrumentos la ponía cada vez más nervioso; sabía que ir al reencuentro de su colegio era mala idea desde que sus mejores amigos se lo habían sugerido.
Asistir al Colegio de Hogwarts fue complicado para la chica; era una escuela de élite todos los ingleses querían estudiar ahí pero claro no todos podían le había costado mucho que fuera aceptada y sus padres tuvieron que trabajar muy duro para poder costearle los estudios.
Era una niña bajita con un cabello demasiado esponjoso y todavía usaba brackets cortesía de sus progenitores, todos sus compañeros eran de una clase económica más opulenta.
Los únicos que eran más o menos de su situación económica eran sus dos mejores amigos Harry Potter un huérfano que no tenía el conocimiento de que sus padres le habían dejado una considerable fortuna y en lugar de eso vivía con sus desagradables tíos, su amigo Ron Weasley que era el sexto hijo de siete de unos ex millonarios que cayeron en desgracia y apenas lograban llegar al fon de mes y pagar la colegiatura de tanto niño con el trabajo del padre en el gobierno.
- Me imagino que estás acostumbrada al olor a clavo - el chico que estaba a su lado de comentó - Nunca supe que tus padres se dedicaban al cuidado de los dientes.
- No deberías saberlo nunca fuimos amigos.
- Vaya Granger sigues molesta por como te trataba cuando éramos niños.
- Tu qué crees Malfoy - se cruzo de brazos.
Ése chico y todo su grupo le había hecho la vida imposible a ella y a sus amigos y aún así había caído locamente enamorada de él; Harry y Ron siempre se habían reído de ella por ello; ella no tuvo la suerte de sus amigos de encontrar el amor entre ellos.
- Así que Potter y Weasley estan juntos quien lo diría - la miro.
Cómo la sabelotodo que era quería decirle que Harry y Ron estaban juntos desde el colegio y que ya vivían juntos y la habían invitado a ella a qué se fuera a vivir con ella pero ella rechazo la oferta y que lo más seguro era que sus amigos se casarían cuando se legalizara; pero sabía que eso no era asunto de Malfoy.
- Como lo he dicho no somos amigos - el ambiente estaba tenso.
- Sigues teniendo buen derechazo - el chico se tocó la mejilla y vio una sonrisa en el rostro de la chica - Crees que le tiraste algunos dientes a Astoria.
Astoria Greengrass por lo que escucho era la prometida del chico.
- Mis padres son muy buenos dentistas si le sucede algo a la dentadura de tu prometida mis padres lo podrán arreglar - eso quería creer si no era una demanda segura - Así que te vas a casar.
- Cosa de mis padres.
- Acaso no la amas.
- Y s ti que te importa - contestó algo brusco como el chico que era en el colegio - Así se manejan en mi familia matrimonios arreglados.
- Así que tus padres.
- Zabine me dijo que trabajas en un McDonalds.
Maldijo al chismoso chico.
- Si.
- Pero eras la mejor alumna de nuestra generación; me ganaste por una décima.
- Si una décima de Mcgonagall - sonrió al recordar a su profesora favorita.
- Y decían que Snape me tenía favoritismo - se acomodo su cabello - Solo por ser mi padrino - suspiro - Esa vieja bruja tenia manía contra mi.
- No insultes a la profesora Mcgonagall - sonrió porque lo dicho por el chico era suerte.
- Entonces que haces trabajando en un local de comida rápida.
- Es el único trabajo que conseguí - quiso decirle que no tenía sus palancas.
- Sabes en mi empresa buscan personal.
- Dirás en la empresa de tu padre.
- No en mi empresa - se señalo - Ten es mi tarjeta.
En ese momento se abrió la puerta del consultorio de sus padres.
- La anestesia pasará en unas horas señorita Greengrass - su madre se escuchaba tan dulce como siempre.
La chica sostenía su mejilla.
- No se preocupe - le dijo el señor Granger - Su dentadura quedará perfecta.
La chica le lanzó una mirada de molestia a la hija de los dentistas y tomo la mano de su prometido solo quería salir de ese lugar.
Antes de que la chica arrastrará al rubio le dio la tarjeta a Granger.
- Hermione que te ocurre le astillaste un diente a la chica; porque le pegaste.
- Ese es mi izquierdaso - le aguiño un ojo.
- Ustedes dos son tal para cual - la señora se metió al consultorio a lavar todo lo que ocuparon.
- Hija enserio porque le pegaste.
- Ya no lo recuerdo.
Tal vez era momento de buscar otro empleo ya estaba arta de hacer hamburguesas y tenía curiosidad por sabe que le podría ofrecer Malfoy.