1ero de Octubre - Shibari

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Kojiro "Moko" Hyuga tenía mucho tiempo de no ver al polluelo del Barca, es decir a Tsubasa Ozora. Hace años son novios, pero solo pueden verse en vacaciones o en fines de semana largos, de otro modo ambos estaban ocupados en sus equipos.

Pero sus épocas favoritas eran cuando jugaban en un torneo mundial, porque podían verse con todos los demás, era cuando más se divertían.

Eran vacaciones de invierno, decidieron pasarlo en Japón. Los hermanos de Hyuga querían verlo para navidad, e incluso a Tsubasa quien siempre les llevaba obsequios. Y así fue, pasaron la navidad en casa de los Hyuga y año nuevo en la casa Ozora. Daichi estaba feliz de que su hermano mayor y su cuñado estuvieran con él jugando todo el tiempo.

Pasando las fiestas quedaban aún unos días libres. Los dos morían por pasar unos días a solas, decidieron tomar un tour en tren por todo el país. Visitaron muchos sitios turísticos, era algo complicado ya que ambos eran celebridades ahí, especialmente Hyuga que hacía comerciales, así que muchas chicas, aunque no supieran nada de futbol, lo seguían mucho.

Tsubasa no se ponía celoso, lo abrazaban, lo rodeaban e intentaban tocarlo mientras le pedían fotos. Hyuga siempre les quitaba las manos cuando se propasaban; el castaño solo se reía mirando de lejos.

─Pobres...─

─Pobre de mí, no fuera al revés porque... en fin... ¿Nos vamos? ─

─Claro tigre─

─ ¿No te molesta que se me avienten así? ─

Tsubasa le regaló una risa pretenciosa.

─ ¿Bromeas? Ellas te tienen unos segundos, yo te tengo para siempre... te puedo manosear... lamer... besar... me meto tu pito... Las celosas deberían ser ellas─

─Oh, pues sí─ se le acercó intentando agarrarle una nalga, pero Tsubasa le quitó la mano

─No no... hasta llegar al hotel─

─Oh vamos Tsu... no me has dejado tocarte todo el día ¿qué pasa? ─

─Ya vamos a llegar, espérate─

El moreno hizo una mueca, pero siempre respetaba los deseos del más bajito. Y así fue, llegaron al hotel, se registraron, Hyuga cargó ambas maletas. Tsubasa solo miraba su celular y caminaba detrás de él.

Al llegar al cuarto, el tigre se lanzó contra la cama y suspiró, el otro solo se quedó de pie.

─Descansa un momento, lo vas a necesitar─

─ ¿Tan pronto haremos turisteo? ¿No podemos por hoy relajarnos? ─

─Pensaba hacer otras cosas...─ se abrió el cierre de su chamarra deportiva

Hyuga abrió los ojos de par en par, incluso se sentó de golpe en la cama y abrió ahora la boca. Tsubasa debajo de esa enorme chamarra tenía un hermoso shibari que él mismo se hizo. Acentuando sobre todo sus pectorales, Hyuga amaba sus pezones, todo el tiempo los tocaba y enloquecía cuando los veía, a pesar de que... solo eran pezones masculinos, nada del otro mundo, pero para el moreno eran algo especial. Amaba chuparlos, verlos, tocarlos. Quizá era el color, o que eran un poco grandes para un hombre.

El shibari tenía nudos en forma de rombo en su esternón, lo que apretaba su pecho, haciéndolo resaltar, haciendo que luciera como una chica con copa A. después más abajo los nudos apretaban su cintura y finalmente en su cadera se repartían entre sus muslos, resaltando su bulto.

Se dio la media vuelta, los nudos pasaban por su espalda hasta su trasero donde las cuerdas alzaban sus nalgas, viéndose alzadas, redondas y perfectas.

Kinktober 2021Donde viven las historias. Descúbrelo ahora