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Es normal sentir ira cuando algo que no te gusta pasa o alguien te hace enojar demasiado, etc. Pero para Alejandra eso no era lo único, ella tenía transtorno explosivo intermitente de ira. Toda su pandilla sabía que debían de tratarla bien y no hacerla enojar, porque podrían crear conductas impulsivas, ataques de ira verbales o físicos, etc. Ya había pasado una vez cuando buscaban pistas sobre la bruja de Kentucky.
Ella llevaba un buen tratamiento, pastillas, meditación, yoga, etc. Se notaba un cambio, pero tenían que siempre vigilar que las tomara, sino sus arrebatos volvía.
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Y justo hoy, el día en el que iban al fin a descubrir quién era el fantasma de la juguetería, se le había olvidado tomárselas gracias a que Fred la llevó a su primer clase de deportes. Eso debido a que Ale quería cambiar su condición física para empezar un cambio. No es algo que le gustará admitir, pero comer como lo hacían Shaggy y Scooby no era lo mismo en ella. Mientras ellos parecían estar igual de flacos ella si subía de peso. Así que necesitaba comenzar una mejor vida.
Ahora se encontraban todos en sus puestos en la fábrica, listos para salvar el día y a Daphne... otra vez.
Antes de que alguien pudiera decir algo el fantasma entró por las ventanas, cargando a Daphne como un costal.
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━━¡Suéltame! ━━gritó la pelirroja━━. ¡Se me están viendo los calzones! ¡¿Quieren darse prisa?! ¡Este fantasma está tocándome!
Velma veía todo desde su posición. Así que decidió primero hacer contacto con Fred, que se encargaba como siempre de sus redes y cuidar de su apariencia.
