uno.

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Era una tarde de Primavera, el olor de las flores era fuerte, llenaban sus fosas nasales y eso le gustaba. Las flores era algo que el joven Kamado amaba, eran preciosas, y la fragancia que desprendían era agradable.

El muchacho de cabellos rojizos iba de vuelta a su hogar, había sido un día largo y pesado, la clase de historia con el profesor Rengoku estaba entretenida, pero el sueño y pereza que sentía al escuchar la materia que transmitía su mayor solo le obligaba a dormir en el pupitre.

En su camino vio a un gatito, su pelaje parecía ser suave, era negro como el carbón y tenia las patitas blancas, como si tuviese guantes.

ㅡ Hola gatito ㅡ El chico se puso a mas o menos su altura y extendió su mano, tratando de que el gato le tuviera un poco de confianza ㅡ Tranquilo, solo quiero acariciarte, ¡además! ㅡ Sus ojos brillaron y buscó algo en su mochila, por suerte no había comido todo su almuerzo y quedaba carne para el gato, le extendió la comida al gato y cuando este la tomó comenzó a acariciarlo.

A Tanjiro le gustaban los gatos y los perros por igual, las personas que discutían por eso no tenían corazón, eso pensaba.

Luego de dar comida al gato miro a su alrededor, ya estaba oscuro.

ㅡ Adios gatito, te llevaría conmigo pero no tengo nada para ti, ¡mañana quizás lo hago! ㅡ prometió y se levantó, para despedirse con la mano y seguir con su camino.

Mientras caminaba sentía algo en la nuca, una sensación horrible lo estaba recorriendo, haciendo que acelerara un poco el paso, pero una mano en su hombro lo detuvo. El joven se quedó estático, no había sentido el olor que ahora sentía teniendo a esa persona detrás suya. Era un olor desagradable, era como el olor de la sangre con algo mas, que no podía describir. Lentamente Tanjiro se dió vuelta, para encontrarse con un hombre de unos 20-25 años, que tenia los ojos extrañamente rojos.

ㅡ Oh, disculpa si te asuste ㅡ el hombre mayor se disculpo, sonriendo y mostrando sus dientes, sus colmillos sobresalían y era llamativos, si Kanao estuviera aqui diría que es un vampiro y diría cuanto le gustaría que Mikaela de Owari no Seraph existiera. 

ㅡ No se preocupe, no lo hizo ㅡ dijo con una sonrisa gentil ㅡ Disculpe, señor pero, ¿usted está...? ㅡ Su vista se dirigió al piso en una esquina, de ahí provenía el olor a sangre, aunque tambien provenía de el mayor, pudo divisar el cuerpo sin vida de el gato que había alimentado... ¿qué estaba pasando? ¿El hombre que tenia enfrente había asesinado a ese gato?

Trató con todas sus fuerzas no cambiar su expresión, el mal presentimiento que sintió se hizo presente una vez mas, y esta era mas alarmante y desesperante.

ㅡ Oh, puedo darme cuenta que tu también te diste cuenta ㅡ El hombre sonrió y sus uñas se hicieron mas grandes, parecían garras ㅡ Lo siento, chico, pensaba solo en preguntarte una dirección, pero supongo que voy a tener que matarte.

En un movimiento rápido del mayor sintió como sus muñecas se abrían, no era un corte profundo, ya que el menor estaba tratando de esquivarlo.

El dolor que sentía era como el infierno, con todas sus fuerzas estaba tratando de escapar, sintiendo la mirada y el olor del hombre en su nuca.

En una esquina se dió vuelta para mirar en donde se encontraba su mayor, por suerte no estaba detrás de el, y ya no sentía su horrible olor.

Ese hombre... ¿Qué era? Estaba seguro de que lo que acababa de presenciar no era normal, nadie podía hacer crecer sus uñas de un segundo a otro, era simplemente inhumano.

Al voltear se encontró con el rostro del de ojos rojos, tenia una mirada altanera, lo que hizo temblar al joven Kamado. Aquella criatura lo tenia acorralado y temblando, uno era el cazador y el otro, la presa.

sadistic vampire [TanZen]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora