—Jungkook-
Jimin a penas si termino de pronunciar cuando Jungkook le tomó por el brazo y le hizo entrar —sin una pizca de amabilidad— dentro de la casa.
—¿Acaso quieres que te descubran con el rostro así de descubierto?
—Descuida, tenía ésta capa y sólo me la quité para verte.
Jimin le dió un par de sacudidas a la capa oscura y Jungkook suspiró aliviado. Sin embargo, habían dos emociones predominantes en el chico: alegría por reencontrarse con su amigo, y preocupación por saber el motivo de su ausencia.
—Lilium, ¿te encuentras bien? No quiero resultar entrometido, pero me preocupaste todos estos días en los que no te he visto. Sé que a penas somos amigos pero yo...
Sus manos jugaban con nerviosismo sobre sus muslos y su mirada se sumía en el suelo de madera. Jimin se dió cuenta de ésto e intervino rápidamente.
—Jungkook, estoy bien —dijo dando un paso al frente—. Estás muy tenso, ¿te pone incómodo que yo esté en tu casa?
Jungkook levantó la mirada: —Eres mi amigo, ¿por qué lo haría?
Jimin sentía que estallaría. ¿Qué pasaba con Jungkook? Ya le conocía desde hace semanas y sin embargo no se terminaba de acostumbrar a su actitud tan despreocupada. ¿Tenía que hacer algo para que sea conciente de lo peligrosa que podía llegar a ser su compañía? Aunque siendo sinceros, la compañía de Jimin podía ser todo menos agresiva, él jamás lastimaría a nadie. Más bien, era el hecho de que ahora era un gap, y como tal, todos debían temerle y quien no lo hiciera, estaba demente.
Jimin comenzó a reír.
—¿Estás bien? ¿Lilium...? —Jungkook contempló el rostro risueño y lleno de risas de Jimin; como sus ojos se perdían formando lunas en cuarto creciente, como sus labios se estirabsn formando una hermosa sonrisa que se hacía aún más resulcientes con esa ilera de dientes blancos.
Sin duda Jimin era alguien muy atractivo.
—¿Que si estoy bien? ¡Santo cielo! ¡Hace tanto que no me reía de esta manera! —soltó entre carcajadas.
Si Jungkook estaba demente por dejarme entrar en su casa, yo lo era el doble por exponerme de tal manera.
—No estoy entendiendo nada —confesó el pelinegro.
Jimin calmó sus risas y se acercó a Jungkook a la vez que secaba sus lágrimas. Tomó al chico por los hombros y le miró con una sonrisa.
—Aunque hasta a mí me sorprenda, estoy bien. No tienes que preocuparte —suspiró mirándole a los ojos, un cosquilleo en su estómago—. ¿Te han dicho que tienes unos ojos hermosos, Jungkook?
—A-algunas veces... —contestó, nervioso por la cercanía de ambos—Los tuyos también soy lindos.
Ni él mismo podía creer lo que acababa de decir. Jungkook, quien siempre que se miraba a un espejo lo hacía con desprecio en su mirada, detestando tener sus orbes vacíos, estaba alagando a otro gap por éstos.
Y no estaba siendo cortés. Realmente pensaba que Jimin era muy lindo aún con el vacío de sus ojos.
—No... Los míos están vacíos, muertos... Pero los tuyos —llevó su mano a la barbilla de Jungkook—, son los más bellos que haya visto en mi vida. Yo... yo jamás me sentí de ésta manera con nadie nunca.
—¿De qué manera? —preguntó en un susurro, sus ojos celestes viajaron a los labios de Jimin.
—No sabría decirlo... Pero desde la primera vez que te ví en el baile yo, yo ya no soy el mismo. Quiero estar siempre cerca de ti y cuando no te veo me invade el deseo de correr hasta donde sea que tú estés. Créeme, estoy tan asustado como tú —susurró la última oración.
Jimin cerró sus ojos de manera lenta al igual que el movimiento de su rostro más cerca hacía Jungkook. El pelinegro se dejó llevar por las miles de sensaciones y los cerró al igual.
Allá afuera el mundo funcionaba con normalidad, mientras que en algunos hogares la comida escaseaba y en otras abundaba, nada estaba fuera de su sitio asignado. Pero sin que nadie se diera cuenta, el viento nocturno sopló con más fuerza haciendo que flores calleron de los árboles y viajaron dejando su camino adornado por pétalos, los ríos fluyeron con más intensidad, en la profundidad el bosque que dividía el reino de la villa, una flor creció entre la maleza.
Y en una casa en el pueblo, dos jóvenes se acariciaron con los labios, profundizandose en un beso lento que marcaba un antes y un después en la vida de ambos. Jungkook acarició el cabello negro de Jimin y abrió su boca dándole lugar a la lengua de Jimin quien no lo dudó ni un solo segundo.
Se besaron hasta ya no poder más, fue ahí, entre respiraciones entrecortadas, que Jungkook pidió algo que podía ser una completa locura. Más bien, lo era.
—¿Me llevarías a la villa contigo?
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Capítulo súper corto. Pido perdón, juro que lo voy a recompensar. 😭
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Soul ||JiKook
Fanfiction"Los ojos son las ventanas del alma... Pero ¿y si no tienes una?" Jungkook es un Gap que para su cumpleaños número dieciocho, recibe como regalo algo con lo que soñó toda la vida: un alma. Específicamente el alma del príncipe Park Jimin, sólo que no...