Capítulo nueve.

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Traición y llanto.

TN:

— ¿Se puede? — hablé con seguridad. De inmediato, al otro lado de la puerta se oyó una respuesta afirmativa.
— Buenas tardes, profesor. Soy yo. — Sonreí con amabilidad.

— ¿Qué te trae por aquí? TN— su voz era profunda, dejaba un aura de seguridad y sabiduría.

— Vengo a sacarle la sopa, Director. — Solté una suave risa, estaba segura de mí misma en ese momento.

— ¡Jaja! Me parece grandioso. Siéntese, por favor. — señaló el gran sillón que se hallaba frente a su escritorio.

— ¿Realmente no se halla ocupado? — Tomé asiento, cruzando mis piernas.
Él negó ante mí.
— grandioso, iré al grano. ¿Me podría decir todo lo que sabe sobre Voldemort? Sé que es repentino, pero necesito saber. Usted conoce mi situación... Bueno, todo hogwarts la conoce.— Desvíe levemente la mirada.
Alzó sus cejas en señal de sorpresa. Yo regresé la mirada, lo miraba a los ojos, no me iría de ese lugar sin obtener respuestas.

— Usted no debería de preocuparse, no es la heredera después de todo. —
Tragué saliva ante su enfrentamiento.

— No, no lo soy. Pero tengo un amigo que sufre por culpa de él señor "tenebroso". Usted sabe que Harry está en peligro. — Mis dedos jugueteaban entre ellos.

— ¿Lo haces por Harry o es por salvar tu imagen? — Mi ceño se frunció con suavidad.

— ¡Por el amor de Dio...! ¡De Merlín! — suspiré. — Harry es mi amigo, me preocupa su vida, ¿A usted no le preocupa? — crucé mis brazos, inclinando mi espalda de golpe sobre el reposo del sillón, hundiendo mi cuerpo en él.

— Claro que me preocupa, pero como buen anciano que soy, sé que hay que ser pacientes. — Su mirada era relajada, cosa que a mí me abrumaba en vez te tranquilizarme.

— ¿Paciencia? ¿Ante qué? ¿Hasta que haya más víctimas como la Señora Norris? — Dije con fastidio, al mismo tiempo que alzaba mis brazos, extendiendo.

— La cámara de los secretos es algo muy complicado, TN. —

— Bien, no me diga nada sobre eso. Okey, entonces dígame ¿Quién es Voldemort? ¿Y por qué estoy relacionada con él? —

— ¿Quién le dijo tal barbarie? — Cuestionó con sorpresa.

— Lo escuché entre los pasillos. — Susurré, mintiendo.

— Es complicado. —

— Es más complicado para mí. Necesito saber que sucede... Harry me mencionó que Voldemort intenta regresar, ¿Hay alguna manera que pueda hacer eso? Digo, dijeron que él estaba muerto. Pero, lo que sucedió hace un año, la piedra filosofal. Usted sabe. — Mi voz se relajó.

— No creo que él haya regresado. Tenemos la hipótesis que haya mandado a alguien. Es a quien estamos buscando, TN. Perdóname por no poder ayudar, son temas mayores, personas a quien debemos de tener cuidado. —
Finalmente se sentó en su gran y llamativa silla.

— ¿Estoy en peligro? Algún Slytherin dijo que yo era hija de traidores a la sangre. Supongo que es peor a ser hija de muggles. — Baje la mirada, mientras más pensaba en ello más me afectaba.

— Temo que todos estamos en peligro. Pero no te preocupes, sé que estaremos bien. —
Dijo, con intenciones inútiles de tranquilizarme.

— ¿Qué deberíamos de hacer? Me siento impaciente sin hacer nada. —

— De momento, regresé a sus clases. — resignada me levanté del asiento, estoy furiosa por no haber conseguido nada.
— Aguarda. — Antes de salir, me llamó. — Casi se me olvida. Toma. —
Extendió su mano hacía mí, era la carta de mi madre.
— La profesora Mcgonagall y yo, llegamos a la conclusión que tú eres inocente.

Caramelos Amargos. [Draco Malfoy y T/N] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora